Setenta por ciento de los 800 millones de hambrientos del Sur en desarrollo son mujeres, y las mujeres y los niños suman 75 por ciento de las víctimas de catástrofes naturales y guerras civiles, advirtió hoy el Programa Mundial de Alimentos (PAM).
El informe del PAM fue divulgado en el Foro sobre Seguridad Alimentaria, que sesiona desde el lunes en Roma con participación de 3.000 delegados de 1.500 organizaciones no gubernamentales (ONG) de todo el mundo.
Las ONG se reunieron paralelamente a la Cumbre Mundial de Alimentación, que comenzará este miércoles, como lo hicieron en todas las conferencias internacionales convocadas en esta década por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Los representantes de la sociedad civil se congregaron en la descolorida y triste estación de Ostiense, perteneciente al tren subterráneo romano que une la ciudad al aeropuerto internacional de Fiumicino.
El PAM, una agencia de la ONU radicada en la capital italiana, trazó un cuadro dramático de la situación alimentaria actual, en particular de las mujeres.
Así mismo, destacó que 11.000 niños mueren por día de desnutrición y casi 200 millones están subalimentados.
Asia meridional y oriental conforman el área más más afectada por el hambre: el subconsumo de alimentos afecta allí a 500 millones de personas.
Mientras, centenares de millones de personas de todo el mundo ganan menos de un dólar al día, que deben por fuerza destinar a la alimentación, advirtió el PAM.
El PAM concentró su informe especialmente en la situación de la mujer, que en la mayoría de las sociedades es la última en comer. Sólo lo hace después de atender a su familia, incluso estando embarazada, y por esa razón, millones de mujeres pierden a sus hijos en el parto o inmediatamente después.
La agencia explicó que su especial atención al caso de las mujeres también obedece al hecho de que "los ingresos en sus manos contribuyen a la seguridad alimentaria, más que el gasto controlado por el hombre".
La mujer produce 80 por ciento de la comida en Africa y 60 por ciento en Asia, y en general, una familia de cada tres tiene como único sostén a la mujer en los países en desarrollo.
Las ONG darán a conocer el jueves las propuestas para la seguridad alimentaria en el mundo que trasladarán a la Cumbre convocada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El documento recogerá el derecho universal a la seguridad alimentaria, de cada pueblo a nutrirse por sí solo y de cada estado a la soberanía alimentaria. La consolidación de esos derechos obliga a reducir al mínimo la dependencia de cada país de fuentes externas de abastecimiento.
Según se anunció, el Foro de ONG también señalará que la seguridad alimentaria mundial no figura entre las prioridades de agencias multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio.
La responsabilidad en cuanto a la definición y promoción de las estrategias de seguridad alimentaria corresponde en primer lugar a los gobiernos nacionales, de acuerdo con las ONG.
Los asistentes al Foro de Seguridad Alimentaria solicitarán el acceso de todos a los alimentos mediante políticas que enfrenten las causas de la pobreza y promuevan la producción en las zonas de déficit alimentario y fuerte crecimiento demográfico.
También pedirán el acceso a la tierra y a los métodos de producción socialmente justos y ecológicamente sostenibles, al crédito y a las tecnologías, en particular para las empresas familiares y las comunidades locales, y la puesta en marcha de programas efectivos de reforma agraria.
Unos 180 representantes de las ONG fueron recibidos este martes por el Papa Juan Pablo II, que el miércoles inaugurará con un mensaje especial la Cumbre de Alimentación.
Juan Pablo II reiteró la necesidad de que los alimentos sean distribuidos a todos, especialmente a los pobres. El Papa subrayó el "derecho fundamental a una nutrición adecuada" de cada persona", materia central del discurso que pronunciará ante unos cien Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo.
El "espectro del hambre y de la desnutrición es realmente una ofensa a la imagen de Dios que se encuentra en cada ser humano", dijo Juan Pablo II. (FIN/IPS/jp/ff/dv/96