CUMBRE/ALIMENTACION: Falta de alimentos, alto presupuesto militar

Delegados de los Países de Bajos Ingresos y Déficit Alimentario subieron al podio de la Cumbre Mundial de Alimentación para describir un panorama sombrío en sus naciones, sin mencionar cómo las opciones de gasto de sus presupuestos impiden el aumento de la producción de alimentos.

Mucho se habló sobre los efectos devastadores del servicio de la deuda, pero estos países, y varios líderes de estados en desarrollo, dejaron pasar la oportunidad de explicar sobre los elementos del presupuesto que nada hacen por el desarrollo humano, y con frecuencia lo impiden.

El lugar más destacado es ocupado por el gasto militar, el cual, según el informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), alcanzó 778.000 millones de dólares en 1994.

Africa Subsahariana es la peor región en términos de alimentar a su gente, aunque está muy militarizada. Entre 1960 y 1994, la proporción del producto interno bruto (PIB) de la región destinada a fines militares pasó de 0,7 a 2,9 por ciento.

Paul Mccarthy, de la organización candiense CARE Internacional, dijo que esta situación "tiene un impacto negativo sobre la seguridad alimentaria. No obstante, no creo que los gobiernos se inclinen a modificar sus prioridades".

El sur de Asia no lo hace mejor. En 1994, gastó 14.000 millones en los militares, mientras 526 millones de sus habitantes vivían en la pobreza absoluta.

El gasto militar de Africa Subsahariana es ahora de unos 8.000 millones de dólares, en una región donde 216 millones de personas viven en la pobreza, más de 120 millones de adultos son analfabetos, y 253 millones no tienen acceso a servicios de salud.

Agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estiman que brindar acceso a servicios sociales básicos en países del Sur en desarrollo antes del fin de la década costaría entre 30.000 y 40.000 millones de dólares al año.

Aunque esta parezca una suma elevada, sólo es un cuarto de lo que los países en desarrollo gastan anualmente en su aparato militar y el servicio de sus deudas, y gran parte del dinero necesario se podría movilizar reestructurando los presupuestos existentes.

Otro factor citado en la cumbre por líderes de los países en desarrollo por agravar el problema de la inseguridad alimentaria es el efecto devastador de la deuda. El peor ejemplo es el de Africa Subsahariana.

Entre 1990 y 1993, el costo del servicio de la deuda en la región fue de más de 13.000 millones de dólares anuales, considerablemente más que su gasto combinado de educación y salud. Y si los países no hubieran cumplido con los plazos, deberían haber pagado dos veces más.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los 13.000 millones de dólares podrían haber recorrido un largo camino en la satisfación de necesidades humanas básicas como salud, educación, nutrición y salud reproductiva para todos en la región. (FIN/IPS/tra-en/lm/mk/lp/dv/96

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