Los 31.000 millones de dólares necesarios para elevar la productividad agrícola mundial en los próximos 15 años vuelven "inalcanzable" el plan de acción de la Cumbre Mundial de Alimentación, ya que no hay perspectivas de obtenerlos, afirman críticos en esta capital.
El jefe de la FAO, Jacques Diouf, sostuvo que más de la mitad de esa cantidad deberá provenir del sector privado.
Pero la idea inmediatamente planteó visiones de multinacionales de la agroindustria arrebatando las ganancias del sudor de los agricultores pobres que producirán para la exportación en lugar de alimentar a las poblaciones locales.
La mayor parte de este dinero provendrá de los bolsillos de los agricultores del Sur en desarrollo, como siempre ha sucedido, alertan expertos en la cumbre de Roma, que finaliza este domingo tras cinco días de sesiones auspiciadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Según un estudio de la FAO, casi tres cuartos de las inversiones futuras para impulsar la agricultura sostenible en el Sur adoptarán la forma de inversiones privadas de los granjeros en mejoras de la tierra, producción agrícola primaria, nuevas cabezas de ganado y plantaciones.
Gran parte de estas inversiones se harán bajo la forma de trabajo familiar.
El estudio sitúa el costo de la creciente producción de alimentos en los países en desarrollo para satisfacer la demanda estimada hasta el 2010, en unos 86.000 millones de dólares en producción primaria.
Otros 43.000 millones de dólares se relacionarían al proceso posterior a la producción y 37.000 millones de dólares a servicios públicos de respaldo e infraestructura.
Teniendo en cuenta "todos los factores relevantes y sus distintos efectos en la inversión", debe asumirse que la cifra resultante del crecimiento neto de las inversiones se situará en 31.000 millones de dólares, según un documento de la FAO.
Según estas estimaciones, si la asistencia externa a la agricultura en países pobres se mantiene al nivel de alrededor de un tercio de la inversión total en agricultura, los países ricos deberán elevar su ayuda en unos 5.000 millones anuales, a partir de los actuales 10.000 millones.
Pero el terreno es cenagoso. Los países ricos cada vez recortan más los presupuestos de ayuda al desarrollo agrícola, señalaron orador tras orador del mundo pobre en la Cumbre de Roma.
La asistencia bilateral ha representado gran parte de la ayuda externa a la agricultura, pero tras un período de crecimiento de 12.000 millones de dólares a comienzos de los años '80, a casi 16.000 millones anuales en 1988, cayó a menos de 10.000 millones por año.
Pero los delegados de 187 países participantes en la cumbre dejarán esta capital con el compromiso de reducir a la mitad el número de personas con hambre del mundo antes del 2015, para lo cual deberán cumplir con los dos documentos adoptados, la Declaracion de Roma y el Plan de Acción sobre seguridad alimentaria.
El año próximo los países deberán revisar si los recursos financieros y humanos asignados a la empresa han sido efectivos y adecuados, para los cual contarán con el apoyo del Comité sobre Seguridad Alimentaria de la FAO.
Finalmente, en el 2006, los gobiernos serán evaluados en su progreso en el Plan de Acción. La fecha también es el plazo para una revisión de mediano plazo sobre sus avances en el logro de la meta de reducir el número de hambrientos del planeta a la mitad, en la fecha estipulada. (FIN/IPS/tra-en/mu/mk/lp/dv/96