Ecuador sufre una pobreza "alarmante", y más de 60 por ciento de la población no consume los alimentos básicos para satisfacer los requerimientos vitales, admitió hoy ante la Cumbre Mundial de la Alimentación la vicepresidenta de ese país, Rosalía Arteaga.
La dirigente ecuatoriana dijo en la sesión de clausura de la Cumbre, inaugurada el lunes pasado por el Papa Juan Pablo II, que la situación es inaceptable en el sector agrícola, que es uno de los que más aporta a la economía nacional.
La pesada carga del pago de la deuda externa, afirmó, limita enormemente las posibilidades de desarrollo de los programas de ayuda nutricional a los sectores rurales y urbanos marginales, generando un círculo vicioso que debe ser destruido.
Manifestó que se debe replantear la relación entre deuda externa y deuda social, dos obligaciones que calificó de "ineludibles" y que deben ser respetadas.
Dijo que determinar las prioridades conlleva preguntas de muy difícil respuesta: ¿cuál debe pagarse primero, es acaso equilibrado mantener con hambre a un pueblo mientras se cumple con una obligación internacional?
Denunció también el armamentismo, que calificó como una de las causas de la pobreza en el mundo, que "destruye la solidaridad entre países hermanos que comparten una misma historia y un destino común".
Destacó el papel de las mujeres en la seguridad alimentaria mundial, que en su opinión es de "fundamental importancia, más aún en las zonas rurales de los países en desarrollo, y por lo tanto la necesidad de garantizar la equidad entre el hombre y la mujer". (FIN/IPS/jp/jc/dv-ip/96