El conflicto armado iniciado hace 36 años en Guatemala retumbó hoy en el edificio de la FAO en esta capital, donde se celebra la última sesión de la Cumbre Mundial de Alimentación.
El vicepresidente de ese país centroamericano, Luis Flores Asturias, decidió compartir con la conferencia "el enorme entusiasmo del pueblo guatemalteco" por haberse fijado el 29 de diciembre como fecha para firmar la paz "firme y duradera" entre el gobierno y la guerrilla.
Ante la incrédulidad de muchos delegados asiáticos, africanos y europeos, Flores Asturias dijo que "la guerra más larga de América Latina" llegará a su fin dentro de seis semanas y agradeció "a todas las naciones el apoyo, la solidaridad y fraternal amistad" manifestada durante el proceso de paz.
Aseguró que Guatemala "avanza con firmeza y claridad en establecer las bases de una nueva nación, con una sociedad reconciliada y esforzándose por reducir el problema más grande y agudo como lo es la pobreza".
El vicepresidente de Colombia, Carlos Lemos, dijo que los cultivos ilícitos, pese a los "enormes y solitarios esfuerzos" realizados, "han venido desplazando con gran velocidad la producción de alimentos en tierras aptas para la agricultura, con sistemas altamente depredadores de los recursos naturales".
Además, aseguró que estos cultivos sólo han traído muerte y pobreza a su país, y por una visión parcial, se ha llegado "a una absurda situación en la cual lo ilícito no es el producto sino el país entero".
Lemos afirmó que el "proceso de globalización no debe ser sólo una oportunidad para adelantar intercambios económicos favorables, sino que debe constituir un escenario privilegiado de solidaridad, equidad y corresponsabilidad mundial".
En su opinión, "la alimentación es un derecho humano fundamental cuyo incumplimiento atenta contra la soberanía de las Naciones: su promoción constituye un imperativo moral de la comunidad internacional".
El representante de Colombia, nación que preside el Movimiento de Países No Alineados, expresó la esperanza de que la seguridad alimentaria sea un propósito compartido entre el Norte y el Sur", y que gracias a los compromisos derivados de esta Cumbre se cumpla con los objetivos fijados.
El vicepresidente de El Salvador, Enrique Borgo, aseguró que sy país está decididamente empeñado "en construir una sólida plataforma de oportunidades para ayudar a los salvadoreños, con equidad y movilidad social".
El vicepresidente de República Dominicana, Jaime David Fernández, se comprometió a cumplir los postulados señalados en la Declaración de Roma y el Plan de Acción refrendados por la primera Cumbre Mundial de Alimentación, que concluye este domingo. (FIN/IPS/jp/ag/ip/96