CUMBRE/ALIMENTACION: Adivina quién viene a cenar

El nombre de la mayoría de los jefes de Estado o gobierno participantes en la Cumbre Mundial de la Alimentación, a celebrarse entre el 13 y el 17 de este mes en esta capital, es hoy una incógnita.

Kay Killingsworth, secretaria general de la cumbre, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), dijo este lunes que la lista final de participantes estaría disponible "en 48 horas".

En conferencia de prensa preparatoria de la cumbre, Killingsworth destacó que la composición exacta de la lista se mantenía en secreto "debido a razones de seguridad", y afirmó que 100 líderes jefes de Estado o gobierno habían confirmado que estarían presentes en Roma.

La secretaria de la cumbre dijo que "no puedo confirmar ni negar la presencia del jefe de Estado de Libia", al ser interrogada por la llegada del coronel Moammar Gaddaffi.

La FAO también evitó decir si estaría presente otro de los líderes del G-7, además del jefe de Estado de Italia, país anfitrión.

Sobre la inauguración de la cumbre por parte del papa Pablo II, Killingsworth dijo que "estamos en Roma y el Papa con frecuencia se dirige a las reuniones de la FAO".

Esta es la primera vez que los países se pusieron de acuerdo sobre la totalidad de los documentos a ser adoptados por la reunión.

La Declaración de Roma es "una declaración de principios concisa y corta que enumera siete compromisos" que las naciones tendrán que cumplir para reducir a la mitad el número de personas desnutridas del planeta en el 2015, ahora situado en 800 millones.

Una vez finalizada la cumbre, los gobiernos del mundo deberían revisar sus políticas para determinar si se encaminan a la meta de erradicar el hambre a través de mecanismos que no vuelvan a los pobres del mundo dependientes de los servicios de bienestar del Estado, dijo la secretaria de la cumbre.

Los gobiernos nacionales, no obstante, deberán trabajar conjuntamente con organizaciones no gubernamentales (ONG) y empresas privadas, añadió.

Según la FAO, los gobiernos no pueden encontrar los recursos humanos y financieros necesarios para alimentar a los hambrientos del mundo.

Un estudio de la FAO reveló que más de la mitad de los 31.000 millones de dólares necesarios para dar un impulso duradero a la producción mundial de alimentos deberán provenir de los sectores privados.

Pero ONG advierten que esta es una cuestión polémica, y algunas la consideran una forma velada de delegar la responsabilidad por la seguridad alimentaria mundial a las agroindustrias de las transnacionales.

Uno de los debates más candentes durante las negociaciones preparatorias de la cumbre se refirió al papel del comercio internacional de productos agrícolas en la seguridad alimentaria.

Pero Killingsworth dijo que, como otros debates centrados en el ambiente, la mujer y la demografía, el problema se resolvió cuando los negociadores acordaron que no hay necesidad de reabrir temas ya discutidos en otros foros. (FIN/IPS/tra-en/mu/mk/lp/dv/96

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