El presidente de Cuba, Fidel Castro y el jefe del gobierno español, José María Aznar, rompieron hoy el hielo en sus relaciones personales, pero sin lograr acuerdos políticos.
Siguiendo la tradición de las cumbres iberoamericanas, el lugar que ocupan los mandatarios en todos los actos es sorteado. Este domingo, en el almuerzo, el sorteo determinó que compartieran la misma mesa Aznar, Castro y los presidentes de Uruguay, Julio María Sanguinetti, y Paraguay, Juan Carlos Wasmosy.
A poco de comenzar la comida, revelaron a IPS fuentes presenciales, Sanguinetti se esforzó por generalizar el diálogo hasta lograr que Aznar y Castro iniciaran una conversación. En ese momento se dió vuelta, miró hacia la mesa donde almorzaba el rey Juan Carlos de España y le hizo un gesto que podía entenderse como "misión cumplida".
El clima del diálogo quedó reflejado en dos situaciones. En la primera, ambos intercambiaron sus corbatas, en medio de los comentarios festivos de los otros dos mandatarios y a la vista de los demás que estaban en la misma sala.
En la segunda, se produjo un diálogo incisivo, también en tono de broma. Al ver que Aznar iba a encender un puro habano, Castro le dijo: "No debes de ser tan malo, desde el momento en que fumas puros habanos".
"Sí, -contestó el español-, pero a mí no me los regalan, sino que los compro con mi dinero", aludiendo a los periódicos envíos de cigarros que el cubano realizaba a su antecesor, el socialista Felipe González.
Sobre el contenido político de la conversación las versiones difieren, a partir de una coincidencia. sta radica en admitir que Aznar le dijo a su contertulio que debería "mover fichas" para democratizar Cuba. O sea romper la inercia y producir hechos hacia la democratización.
La contradicción surge al evaluar la respuesta de Castro. La delegación española no informó sobre lo ocurrido en el almuerzo, pero entre sus integrantes existe la impresión de que el cubano respondió negativamente, diciendo que no haría nada para democratizar su país.
La otra versión señala que Castro escuchó con atención, y respondió que debía comprenderse la situación cubana considerando el bloqueo comercial y político al que ese país está sometido por el gobierno de los Estados Unidos.
El líder cubano habría agregado que en su país está en marcha un proceso para ampliar el proceso asambleario popular, pero que al mismo tiempo debían mantener toda su tensión para resistir las agresiones a que está sometido.
En todo caso, la ruptura del hielo en la relación personal no llegó a superar los inconvenientes que ambas partes encontraron para concretar una reunión formal bilateral, entre Castro y Aznar.
Esa reunión, que fuentes españolas informaron el sábado que se realizaría ese mismo día, fue después suspendida, según las mismas fuentes. (FIN/IPS/td/ip/96