Los máximos líderes de los países miembros del foro de Cooperación Económica Asia- Pacífico (APEC) subrayaron hoy las ventajas de la consulta, el consenso y el compromiso, al consagrar un nuevo paso adelante en el proyecto de formar una zona de libre comercio hacia el 2020.
El temor a una división entre los países industrializados y las economías en desarrollo con motivo de un acuerdo para liberar la transferencia de tecnología de la información fue conjurado por el concepto de "flexibilidad" cuando llegó la hora de que los 18 altos mandatarios pusieran su firma al documento.
Al firmar el Plan de Acción de Manila para APEC (MAPA) -en esta ex base militar estadounidense, unos 80 kilómetros al noroeste de Manila-, los jefes de Estado y de gobierno de la cuenca del Pacífico afirmaron su "compromiso con un crecimiento sostenible y un desarrollo equitativo".
"Crecimiento económico sostenido, mayor empleo y estabilidad en la región son el resultado de nuestra firmeza en aplicar políticas dirigidas al crecimiento", dijo el presidente de Filipinas, Fidel Ramos, anfitrión de esta cuarta reunión anual de APEC.
El MAPA significa un paso concreto en la dirección indicada hace dos años en la ciudad indonesia de Bogor, cuando los líderes del grupo se comprometieron en un amplio proceso de liberación del comercio y la inversión.
En 1994, aquella cumbre de APEC consagró el acuerdo de alcanzar "intercambios comerciales y de inversión libres y abiertos" en la región, hacia el año 2010 para los miembros industrializados y en el 2020 para los países en desarrollo.
En la ciudad japonesa de Osaka, el año pasado, se diseñaron acuerdos marco sobre liberación comercial y de inversiones, y sobre cooperación económica y técnica.
En Subic, los mandatarios le hincaron diente a esos acuerdos, llegando a compromisos concretos en materia de reducción de aranceles aduaneros y liberalización de inversiones.
No obstante, tal como lo subrayaron los máximos dirigentes de la región, el proceso queda abierto a "revisiones y consultas", y por lo tanto los compromisos no son vinculantes y pueden ser revisados.
Esa "flexibilidad" evitó un previsible choque entre los gobernantes sobre el punto especialmente sensible de la tecnología de la información, en el cual las naciones industrializadas – encabezadas por Estados Unidos- presionaron por un calendario para la liberalización de su transferencia.
El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohammed, se mostró inflexible contra la indicación de una fecha fija para la liberación del sector, que está dominado por Estados Unidos y Japón, y sostuvo que la medida perjudicaría a las naciones en desarrollo, amenazando a sus incipientes industrias.
En este capítulo se juega una enorme cuantía de intereses. El comercio de productos de este sector supuso un valor de 500.000 millones de dólares a nivel mundial en 1995, y se estima que subirá hasta 800.000 millones de dólares en el 2000.
Finalmente Mahathir accedió a firmar el acuerdo referido a tecnología de la información cuando el texto fue diluido con la inclusión de una cláusula según la cual "se reconoce la necesidad de la flexibilidad" en el proceso de eliminación de aranceles aduaneros hacia el año 2000.
"Quedé conforme con la redacción", dijo Mahathir más tarde a la prensa. "Si no estamos prontos para hacerlo en el 2000, entonces no lo haremos".
Al mismo tiempo, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, pudo quedar satisfecho porque el foro de APEC acordó que apoyará la conclusión de un acuerdo sobre tecnología de la información en la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio, el mes próximo en Singapur. (FIN/IPS/tra-en/cpg/arl/if-ip/96