El histórico encuentro entre el Papa Juan Pablo II y el presidente de Cuba, Fidel Castro, se producirá el martes a las 11:00 horas (10:00 GMT), anunció hoy el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.
Desde hacía meses que se anunciaba y se desmentía este encuentro entre un Papa que tuvo un papel activo en la caída del bloque socialista europeo y un líder comunista latinoamericano.
Se estima que Castro invitará oficialmente al Papa a visitar Cuba, el único país de América Latina en el que aún no ha estado, lo que podría contribuir al relajamiento del bloqueo económico estadounidense contra el país caribeño.
En la ceremonia de apertura de la Cumbre Mundial de Alimentación, este miércoles en Roma, Juan Pablo II condenó los "embargos" impuestos "sin discriminación" contra las poblaciones civiles.
Se afirma que el encuentro entre el Papa y Castro fue preparado hasta en sus más mínimos detalles durante la visita que realizó a La Habana, a fines de octubre, el "ministro de Relaciones Exteriores" del Vaticano, monseñor Jean-Louis Tauran.
Pero el hermetismo de dos diplomacias acostumbradas a guardar secretos fue total.
Hasta este viernes, el portavoz del Papa, Navarro Valls, insistió en que Castro no había solicitado la audiencia y agregó que, si lo hacía, le sería concedida.
"Al menos nosotros no hemos pedido la audiencia", dijo este sábado a IPS un diplomático cubano, aunque no descartó la posibilidad de que hubiera sido solicitada directamente de La Habana.
Según la prensa italiana, el Papa será uno de los interlocutores con los que en Italia Castro coincidirá en algunos temas importantes, como el de la deuda de los países en desarrollo, sobre la que Juan Pablo II pidió al menos una reducción y Cuba plantea su abolición.
También coincidirán en sus criticas al sistema económico dominante.
El Papa insistió en su intervención en la apertura de la Cumbre en que las políticas económicas y alimentarias no se deben fundar sólo en la ganancia, sino también en su distribución solidaria.
En tono más enfático, Castro dijo que "son el capitalismo, el neoliberalismo, las leyes de un mercado salvaje, la deuda externa, el subdesarrollado, el intercambio desigual, los que matan a tantas personas en el mundo".
No obstante, la Iglesia Catolica no ha silenciado sus críticas al régimen cubano.
Tauran habló durante su visita a la isla de la existencia de "problemas a resolver, que se derivan del hecho de que "el sistema político cubano está aún anclado en la ideología marxista" y "hay decisiones del gobierno que limitan una total libertad para la Iglesia".
El encuentro del próximo martes, entre Juan Pablo II, de 76 años, y el líder cubano, de 70, podría provocar un cambio profundo en las relaciones de ambos estados, según analistas italianos.
Para Cuba significará un apoyo importante para contrarrestar la campaña de aislamiento que impulsa Estados Unidos, que seguramente no ven con buenos ojos este encuentro.
El Vaticano, además de condenar el embargo, ha criticado también la ley Helms-Burton, que prevé sanciones a las empresas de terceros países que comercien con Cuba.
Inmediatamente después de la audiencia privada con Juan Pablo II, Castro se entrevistará con el Secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano.
Los obispos cubanos invitaron al Papa, con la aprobación de las autoridades políticas, en 1989, el año del "deshielo" en las relaciones entre Cuba y el Vaticano.
En 1991, se abolió la cláusula que prohibía a los miembros del Partido Comunista de Cuba profesar una fe religiosa y un año más tarde el parlamento adoptó una resolución que declaró el Estado no ateo, sino laico.
En este proceso de "deshielo", el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega y Alamino, fue elegido cardenal en 1994, en lo que se interpretó como una clara señal del papa al catolicismo cubano.
Se vivía así en Cuba una situación particularmente distinta a la que siguió a la frustrada invasión de Bahía Cochino, cuando se acentuó la represión contra la Iglesia Católica. De los cerca de 800 sacerdotes que había en la isla en 1963, sólo permanecieron en actividad 200.
Sin embargo, en 1969 los obispos cubanos pidieron el término de las sanciones económicas de Estados Unidos contra Cuba. (FIN/IPS/jp/ag/ip-cr/96