CUBA: Nuevos espacios para la Iglesia Católica

El gobierno cubano emitió nuevas señales de apertura religiosa al permitir la entrada al país de 40 sacerdotes y monjas extranjeros y publicar la reseña de un comunicado de los obispos católicos en la prensa oficial.

Esos dos gestos, "inusuales" en Cuba, son los primeros resultados prácticos de la entrevista que el presidente Fidel Castro mantuvo con el Papa Juan Pablo II el día 19 en el Vaticano.

Fuentes eclesiásticas confirmaron a IPS que el gobierno otorgó el viernes visado de entrada a Cuba a 15 sacerdotes y 25 monjas procedentes de Colombia, México y España, y que un número similar de casos está aún pendiente de resolución.

Este sería el grupo más numeroso de religiosos llegado a La Habana desde la década del 60, cuando sólo permanecieron en Cuba 200 sacerdotas y 200 monjas católicos, luego de la expulsión de 130 religiosos y el exódo voluntario de más de 2.000.

El permiso de ingreso de religiosos fue una de las principales demandas presentadas al gobierno cubano por Jean-Louis Tauran, secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, que visitó la isla en octubre.

Durante años, las autoridades restringieron las visas de entrada a religiosos, cuya escasez se convirtió en uno de los mayores problemas de la Iglesia Católica en este país.

Unas 450 monjas y 250 sacerdotes sirven en la isla y, según la alta jerarquía católica, no dan abasto en un país con una población de 11 millones de habitantes que en esta década vive un resurgir de la religiosidad.

La disminución radical del clero fue una de las consecuencias directas de las tensiones entre la Iglesia Católica y el Estado en los años que siguieron al triunfo de la revolución de 1959, dirigida por Castro.

La mayoría de los miembros del clero católico se opusieron a las medidas del régimen revolucionario y se alinearon junto a los movimientos de oposición.

Mientras, el gobierno anunció la construcción del socialismo, cerró las escuelas católicas y negó a las organizaciones religiosas todo acceso a los medios de comunicación masiva, monopolizados por el Estado.

El Estado se proclamó "ateo" hasta 1991, cuando la definición fue sustituida por "laico", como parte de un proceso de apertura iniciado por el gobernante Partido Comunista para aceptar la fe religiosa como un elemento más de la sociedad cubana.

Tauran afirmó el día 29, al término de su visita oficial a la isla, que había comprobado la disposición del gobierno a resolver a corto plazo el problema de la entrada de sacerdotes y monjas.

Pero otros problemas "requieren una evaluación adecuada" y deben solucionarse a través de un diálogo profundo entre los responsables políticos, la Conferencia de Obispos Católicos y la Nunciatura Apostólica en Cuba, puntualizó.

Entre los reclamos de la Iglesia, que probablemente no sean satisfechos en su totalidad antes de la visita del Papa a Cuba el próximo año, se cuenta el pedido de mayor comprensión ante su labor social, la construcción de nuevos templos y el acceso a los medios de comunicación masiva.

La aspiración de lograr al menos espacios en radio es considerada uno de los puntos más conflictivos entre los reclamos de los católicos. Todos los medios de comunicación de Cuba están bajo control oficial.

Por norma, la prensa cubana no abre espacio a los pronunciamientos de la Conferencia de Obispos Católicos, aunque, cuando lo cree necesario, responde con artículos editoriales a opiniones de la jerarquía eclesiástica.

Observadores locales consideraron "muy interesante" la publicación en el diario Granma de una reseña del comunicado de prensa de la conferencia episcopal, firmado por el cardenal Jaime Ortega.

El documento aprecia "en alto grado" el encuentro entre Castro y el Papa y expresa la confianza de los obispos cubanos en que el diálogo iniciado "continue desarrollándose y produzca abundantes frutos para la vida de la Iglesia".

Ortega indicó que el diálogo comenzó "hace varios meses, entre representantes de la curia romana y del gobierno cubano y en la actualidad se realiza, también, entre la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y las autoridades gubernamentales".

El cardenal exhortó "a los líderes de aquellas naciones cuyos intereses históricos, económicos o humanitarios las vinculan a Cuba, a buscar también en el diálogo la solución de los conflictos existentes".

La declaración de la conferencia espiscooal fue bien recibida en círculos oficiales, que interpretaron la exhortación de Ortega como un mensaje al presidente del gobierno de España, José María Aznar.

Aznar promueve en la Unión Europea el condicionamiento de todo pacto de cooperación de ese bloque con Cuba al avance en la isla hacia el pluralismo político.

"No he puesto ninguna condición (a la visita de Juan Pablo II) y tampoco el Papa", afirmó Castro el día 19, tras la entrevista mantenida en el Vaticano.

Analistas no gubernamentales aseguran que tras el acercamiento entre la Iglesia Católica y el Estado hay un simple intercambio de intereses: el Vaticano apoyará a Cuba en el terreno internacional y Castro dará más espacio a la Iglesia Católica en este país. (FIN/IPS/da/ff/cr ip/96

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