Los cajeros automáticos irrumpieron este mes en Congo, un país cuyo sector financiero afronta una dura batalla para mantener la cabeza encima del agua y que los recibió con una mezcla de escepticismo y entusiasmo.
Las dos primeras máquinas fueron inauguradas en la segunda semana de este mes por el Banque Internationale du Congo (Banco Internacional de Congo, BIDC).
Estos aparatos están programados para retirar dinero en menos de 15 segundos, impresión de balances con las últimas cinco operaciones y pedidos de chequeras.
"Esto facilita las cosas a nuestros clientes, que de otro modo deberían soportar largas colas ante las cajas y grandes pérdidas de tiempo en operaciones de rutina", dijo el director general de la entidad, François Bita.
Los clientes del banco pueden elegir entre la tarjeta Privilege Card, que cuesta unos 24 dólares al año y permite retiros de hasta 400 dólares a la semana, y la Prestige Card, que, a un costo de 34 dólares, permite retirar 1.000 dólares.
Bita sostuvo que las tarjetas son mucho más seguras que los cheques, que pueden ser objeto de robo o fraude. "Cuando uno compra la tarjeta, obtiene un código confidencial estrictamente personal. Aunque la roben, nadie podría usarla", explicó.
El BIDC proyecta la instalación de cajeros automáticos en varios puntos de Brazzaville, así como la habilitación de tarjetas de crédito para operar en ellos.
Los cajeros automáticos son usuales en los países industrializados y en muchos en desarrollo, entre ellos varias naciones de Africa.
"Era tiempo de que entremos en la era moderna, aunque sé que llegamos varios años más tarde que otros países", dijo con entusiasmo Mesmin Bitele, agente de ventas de una empresa privada de Brazzaville. Pero no todos están de acuerdo.
"La peor característica de los congoleños es que no saben conservar las cosas que tienen. Muchas de las cabinas telefónicas que instalaron hace años ya ni teléfonos tienen. Algunas se convirtieron en dormitorios de indigentes", se lamentó Chantal Bissila, vendedora de ropas de bebé.
"Espero que vigilen bien estos cajeros y los mantengan. De lo contrario, será otra inversión desperdiciada", agregó.
Las autoridades del BIDC se rehusaron a revelar el costo de los dos aparatos ya instalados y las previsiones de futuro.
La comerciante Moussouamou Clementine se quejó de la exigüidad de los retiros permitidos por los cajeros automáticos. "A veces compro productos por 10.000 dólares. Tendría que esperar diez semanas para retirar todo ese dinero", afirmó.
"Haya o no cajeros automáticos, creo que los cajeros humanos todavía son indispensables", añadió.
El BIDC planea dar entrenamiento a sus clientes para habituarlos al nuevo sistema, informó el gerente de control Gerard Vetter. "Por ahora, podemos asegurarles que el uso de estas máquinas es bien simple", dijo.
Pero ninguno de los cuatro restantes bancos de Congo ha anunciado hasta ahora si introducirán sus propios cajeros automáticos.
Dos de ellos (el Banco Comercial y el Banco Nacional de Desarrollo) no están en condiciones, pues están en liquidación. Solo el BIDC, la Unión Congoleña de Bancos y el Crédito Rural de Congo están en funcionamiento pleno.
El propio BIDC casi quebró cuando la mayoría de sus clientes retiraron en masa sus ahorros a inicios de 1995. De todos modos, el gobierno dispuso una inversión de salvataje este año.
El estado posee ahora 62 por ciento del capital del banco, que asciende a cuatro millones de dólares, pero pretende reducir su participación a 20 por ciento. El restante 38 por ciento es propiedad de tres bancos extranjeros. (FIN/IPS/tra- en/nrn/kb/mj/if/96
