El mexicano Jesús Blancornelas, director del semanario Zeta, de la ciudad de Tijuana, recibió junto a un periodista kurdo preso en Turquía el premio a la libertad de prensa del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), de esta ciudad.
El CPJ también premió al periodista indio Yusuf Jameel y al palestino Daoud Kuttab, perseguidos por la cobertura del conflicto de Cachemira y por la defensa de la libertad de prensa, respectivamente.
Blancornelas acusó a periodistas mexicanos de responder al poder político, especialmente al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El novelista peruano Mario Vargas Llosa "tiene razón cuando dice que en México gobierna una dictadura perfecta. Contamos con unos 400 diarios, pero los verdaderamente independientes no son más de 10", aseguró.
El soborno y la corrupción apartan a muchos medios de prensa de la investigación del tráfico de drogas, según Blancornelas.
"El narcotráfico representa un grave problema para México. Cuando hablamos con la policía no sabemos si se trata de un policía o de un traficante", agregó el mexicano.
La revista Zeta discrepó con la mayoría de la prensa mexicana al afirmar que el asesinato en 1994 de Luis Colosio, candidato presidencial del PRI, fue obra de un asesino solitario y no el producto de una conspiración.
La teoría de la conspiración fue estimulada en la prensa por el ex presidente Carlos Salinas, quien creía "conveniente" que el hecho fuera visto en el exterior "como un complot contra México", señaló Brancornelas, y añadió que el actual presidente, Ernesto Zedillo, investiga el caso con seriedad.
El CPJ también galardonó a Ocak Isik Yurtcu, ex director del periódico turco en lengua kurda Ozgur Gundem, quien sirve en la prisión de Sakarya el segundo de los 15 años de la condena que se le impuso por sus trabajos sobre la guerra en el Kurdistán turco.
"He estado en la cárcel dos años porque intenté averiguar la verdad e informar de ella al público; en otras palabras, hacer mi trabajo sobre el principio de que es imposible tener otras libertades en un país donde no hay libertad de prensa", escribió Yurtcu desde la prisión.
En una carta leída este jueves por el director ejecutivo de CPJ, William Orme, Yurtcu advirtió que los periodistas turcos son "asesinados, apresados, golpeados" y presionados por la censura o el cierre de publicaciones independientes.
CPJ atribuye el alto número de periodistas presos en Turquía principalmente al artículo 8 de la Ley Anti-Terrorismo, la cual prohíbe cualquier cobertura del conflicto kurdo que contradiga la versión del gobierno.
De manera similar, el conflicto en el estado indio de Cachemira colocó a los periodistas en la línea de fuego, tanto del ejército como de guerrilleros independentistas.
Yusuf Jameel, un periodista de Srinagar que escribe para el periódico Era Asiática, fue atacado en seis ocasiones por ambas partes en pugna. La última vez, recibió un paquete-bomba que le costó la vida a su compañero de trabajo, el camarógrafo Mushtaq Ali.
Daoud Kuttab enfrentó presiones similares en los territorios palestinos ocupados, primero de parte de Israel y actualmente de la Autoridad Nacional Palestina, presidida por Yasser Arafat.
Sin embargo, el periodista creó un espacio en Internet denominado Red de Medios Arabes, y desde él ayuda a combatir la censura a la prensa palestina.
El CJP también otorgó un premio especial a Arthur Ochs Sulzberger, editor de The New York Times, por su decisión en 1971 de desafiar al gobierno publicando los Documentos del Pentágono, que revelaron las pérdidas de Estados Unidos en la guerra de Vietnam.
Así mismo, la organización rindió tributo a la periodista irlandesa Veronica Guerin, premiada en 1995 y asesinada el pasado junio en Dublin. Se cree que sus asesinos fueron los criminales que la periodista investigó en los últimos años, explicó Orme. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ml/cr-hd/96