COLOMBIA-UE: Buenos negocios que podrían crecer mucho más

Las autoridades y el empresariado de Colombia ven críticamente la marcha de su intercambio comercial con la Unión Europea (UE), el único gran socio con el que este país tiene un intercambio comercial equilibrado, que sin embargo no explota aún adecuadamente.

Al mercado comunitario, integrado por 15 países y 340 millones de potenciales compradores, Colombia exportó en 1995 cerca de 2.516 millones de dólares, cifra que no supera el 28 por ciento del total de sus ventas externas anuales, mientras las importaciones llegaron a 2.547 millones de dólares.

En este mismo período las exportaciones hacia Estados Unidos, su principal socio comercial, sumaron 3.284 millones de dólares, y las importaciones 5.417 millones.

Según cifras del Ministerio de Comercio Exterior, además de ser el segundo mayor comprador de Colombia, la UE es el primer socio comercial en las importaciones de café, con 59 por ciento, de carbón, con 65,5 por ciento, de banano, con 65,3 por ciento, y de ferroníquel, con 86,5 por ciento.

Para ingresar sus productos al mercado comunitario, Colombia goza del Sistema General de Preferencias (SGP), bajo un esquema especial para los países andinos que permite que 93 por ciento de sus exportaciones, entre las que figuran café, flores y confecciones, lleguen sin pagar arancel.

Un tratamiento similar concede Estados Unidos a los países andinos vinculados a su esquema de lucha antidrogas.

De acuerdo al Acuerdo de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA, en su sigla en inglés), una franja de productos puede ingresar al país norteamericano con arancel cero. Pero su renovación es evaluada anualmente.

En el caso colombiano, a diferencia de la UE, que prorrogó por 10 años su sistema de preferencias, los productos exportados a Estados Unidos podrían perder los beneficios del ATPA si se hace efectiva la amenaza estadounidense de aplicar sanciones a Bogotá por su presunto bajo desempeño en la guerra al narcotráfico.

En opinión de algunos analistas el sistema de preferencias europeo otorga mayores beneficios a los exportadores que el estadounidense por ser plurianual y cubrir productos con mayor peso en el volumen total de las ventas externas.

Sin embargo, para el embajador de Holanda en Colombia y presidente (encargado) de la UE, Gijsbert Bos, lo hecho hasta ahhora es nsuficiente. Se requiere una política más agresiva por parte del empresariado colombiano para aprovechar las ventajas del mercado comunitario.

"Para nadie es un secreto que la UE se ha posicionado como el socio comercial más importante del mundo" y el porcentaje de ventas de Colombia hacia ese bloque "parece muy poco", afirmó Bos.

Una política empresarial más agresiva hacia la UE debe en opinión de Bos contener elementos como el de la modernización de la industria y su infraestructura, acompañada de una intensa gestión por parte de las embajadas y de las agencias encargadas de promocionar el comercio exterior.

Para afianzar sus lazos con el bloque comunitario, el gobierno inició en enero el proyecto Europa 2000, que cuenta con el aval de la delegación de la Comisión Europea para Colombia y Ecuador, de los embajadores de las misiones diplomáticas de los países miembros acreditados y de las cámaras binacionales de Comercio.

Según Marta Ardila, directora general de la División Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores, el proyecto intenta incrementar las relaciones y promover un acercamiento a todo nivel con la UE.

El proyecto comprende la realización de foros a los que han asistido cerca de 500 empresarios, entre ellos muchos pertenecientes a la pequeña y mediana industria, que según Ardila están "interesados en abrir nuevos caminos y encontrar nichos de mercado para sus productos".

El último de estos foros se realizó los días 14 y 15 en Cartagena, al norte de Colombia, con la participación de la Confederación de Cámaras de Comercio de Colombia (Confecámaras).

El proyecto ha vinculado también universidades de la capital colombiana, pues en opinión de Ardila el aporte del sector académico le dará más consistencia a las relaciones de Colombia con la UE.

Sin embargo, para consolidar las relaciones, además del componente comercial, Colombia tendrá que hacer esfuerzos adicionales en temas con los que tiene problemas como los derechos humanos y el narcotráfico, que son de interés para los gobiernos comunitarios.

En Colombia, con 37 millones de habitantes, son asesinadas anualmente cerca de 30.000 personas y más de 13 por ciento de estas muertes ocurren por razones políticas o presumiblemente políticas.

El Parlamento Europeo se pronunció en octubre sobre las recientes violaciones ocurridas en perjuicio de 150 familias campesinas que fueron desalojadas por grupos paramilitares de una hacienda del norte de Colombia que es reclamada por familiares del embajador de Bogotá en Bruselas, Carlos Marulanda.

Tras las presiones de los grupos defensores de los derechos Humanos en Bruselas, Marulanda fue retirado de su cargo, pero según el gobierno el alejamiento se debió a que ya había cumplido su ciclo.

En opinión del ex canciller Rodrigo Pardo, la violación de los derechos humanos podría llegar a afectar las relaciones exteriores de Colombia con la UE. (FIN/IPS/yf/jc/ip-if/96

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