Una intensa vida cultural está transformando rápidamente a la capital de El Salvador, que en su mayor parte transcurre en la noche a pesar de que la delincuencia que la hace una de las ciudades más peligrosas de América.
A principios del presente año el casi único punto de encuentro de la intelectualidad local era el Bar-Café-Restaurante La Luna, donde a diario se puede acudir para admirar una obra de teatro, escuchar tango o jazz o apreciar un clásico del cine, así como a debates sobre temas musicales.
Pero en pocos meses la proliferación de lugares de debate cultural o de reuniones bohemias se expandió a los más insospechados lugares del desordenado San Salvador, cuya vida nocturna se encuentra focalizada en los alrededores y no en el centro como sucede en otros países latinoamericanos.
La Taberna del Viejo es el lugar por excelencia de la bohemia capitalina. La gente amanece cantando con un viejo piano o repitiendo, noche tras noche, las canciones nostálgicas de Joan Manuel Serrat, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez.
El grupo Teatral Sol del Río abrió un bar-café al que acuden los del "gremio del espectáculo". En breve tendrán su sala, su pequeño escenario de tablas, dice el actor y socio del negocio Saúl Amaya.
La Posada del Circulante, del actor Baltazar López, abrió sus puertas también al espéctáculo teatral y musical, así como sus paredes para exhibiciones de pintura y fotografía como la recientemente montada, denominada Arte Erótico versus Necrofilia.
En la actualidad otro punto común de esta capital es La Ventana, un bar de corte europeo, administrado por el periodista alemán Richard Luers.
En La Ventana se puede apreciar la mezcla de la "sansalvadoreñidad" actual.
Escritores como Horacio Castellanos, el crítico literario Geovani Galeas, el escultor Julio Reyes y el periodista Roberto Turcios, pueden encontrarse para departir distintos tópicos con el ex canciller Ricardo Acevedo, el empresario Rafael Laret y el líder sindical Bernabé Recinos.
El Bar Los Diableces, que se encuentra al lado de La Ventana, es muy concurrido, pero no se hacen competencia salvo en la música, que en este último mencionado es más estridente.
El Patio, administrado por Mauricio Bonilla, es el lugar de los bailarines de la danza moderna, hay espectáculos en vivo y tiene su público consecuente.
Existe otro lugar para amanecer, quizás un poco más antiguo, pero no por ello menos famoso, El Café de Don Pedro, donde recientemente se encontró un cuadro que podría ser de Pablo Picasso, que supuestos narcotraficantes pretendían vender a algún interesado coleccionista.
Los amaneceres de Don Pedro son acompañados por mariachis de la mejor estirpe centroamericana. Una bebida que es una mezcla de cerveza rubia y negra se llama "Picasso".
Pero la transfiguración cultural de San Salvador no se limita a la existencia de puntos de encuentro para la intelectualidad y la bohemia.
A diario el oficial Consejo Nacional de Cultura, junto a entidades privadas y de la sociedad civil, organiza espectáculos teatrales y musicales para niños y adultos como la celebración del Día del Artista Circense el pasado 18 de noviembre, en el centro de esta capital.
La Fundación privada "María Escalón de Nuñez" tiene actividades culturales de carácter nacional e internacional casi todos los días de semana, así como el Teatro Nacional, lugares donde se pueden apreciar a valores locales, así como danzas indias y otras que aquí eran hasta hace poco una rareza.
En otro ámbito, la Revista Tendencias, fundada en 1992 por intelectuales de izquierda, gana cada vez más espacios entre los lectores por la diversidad de temas y opiniones que contiene.
Cuenta entre sus columnistas a David Escobar, el negociador gubernamental de la paz y asesor del ex presidente Alfredo Cristiani. Su subdirectora, Breny Cuenca, es hija del fundador del comunismo centroamericano, Abel Cuenca.
Tendencias es ya lectura mensual obligada para la clase política y cultural del país y su director, Roberto Turcios, dijo recientemente en una reunión con publicistas que pretendía hacer de dicho medio la mejor revista de El Salvador y una de las mejores de Centroamérica.
En cuanto a publicación de libros, los favorecidos han sido los narradores. En el presente año la Dirección de Publicaciones e Impresos, del Ministerio de Educación, dirigido en la actualidad por el poeta ex guerrillero Miguel Huezo, puso en circulación cuatro novelas.
Estas son Lujuria Tropical, de Alfonso Kijadurías, Baile con Serpientes, de Horacio Castellanos Moya, El Libro de los Desvarios de Carlos Castro y Tierra, de Ricardo Lindo.
Los cuatro autores nacionales de reconocidos méritos literarios que han incursionado también en la poesía y el cuento. Lindo es además pintor. (FIN/IPS/jd/jc/cr/96