/CIUDADES DEL MERCOSUR/ BRASIL: Una escuela para estudiar, trabajar, comer y dormir

A 40 kilómetros de Brasilia funciona desde 1972 una escuela pública con un sistema particular a la que asisten 390 jóvenes que estudian, trabajan, comen y duermen en el lugar.

Al mismo tiempo, reciben cursos para especializarse en técnicas agropecuarios o economía doméstica.

"Estudiar aquí es muy bueno. La gente gana no solo como estudiante, sino también como experiencia de vida aprendiendo a convivir con otras personas", dijo el estudiante Eudes Gomes, de 20 años, uno de los internos del Colegio Agrícola de Brasilia.

Antes de ingresar a la escuela, Gomes visitó el lugar. Le gustó. "Los profesores son excelentes y abiertos al diálogo. Vivo lejos de la familia, pero hice muchos amigos", afirmó.

El joven pretende seguir los estudios agrícolas y, luego de estar tres años allí, pasará a la Universidad de Brasilia con el fin de graduarse de ingeniero forestal.

El gerente del colegio, Cosme de Almeida, comentó que la escuela produce 80 por ciento de lo que consume. Tienen 350 cabezas de ganado bovino atendidas y cuidadas por los alumnos, quienes hacen ellos mismos los controles sanitarios y el ordeñe diario, así como la higiene de las instalaciones.

Los estudiantes trabajan también con porcinos, hortalizas y plantaciones de granos. "Sólo compramos fuera margarina, sal, azúcar, aceite y café", explicó De Almeida.

Las mujeres representan cinco por ciento del total de estudiantes y realizan cursos de economía doméstica, aprendiendo a procesar e industrializar alimentos, señaló el gerente de la institución.

Diez por ciento de los estudiantes proceden de los estados de Goiás, Bahía, Minas Gerais, e incluso de otros países como Angola y Guinea Bissau. El resto vivió en el Distrito Federal.

Las instalaciones cuentan con más de 2.000 hectáreas de terreno, donde están los alojamientos para los estudiantes, restaurante, campos deportivos, salas de estudio y biblioteca.

Las jornadas comienzan a las siete de la mañana con el desayuno y concluyen a las 10 de la noche, luego de la cena, cuando los alumnos se van a dormir.

"La experiencia no solo dio buen resultado con los jóvenes de Brasilia, sino con los que llegan de otras partes de Brasil y del exterior", dijo De Almeida. (FIN/IPS/jlm/mj/dv/96

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