CHINA-TIBET: Beijing y Lhasa discuten por un lago sagrado.

El azul intenso del cielo se refleja en las aguas claras del vasto, prístino Lago Yamdrok, un lugar sagrado para los budistas tibetanos.

Los peregrinos caminan hasta aquí, 6.000 metros en los Himalayas, para erigir complicados monumentos con pequeñas rocas erosionadas, Las banderas con plegarias flamean constantemente en el viento.

El lago tambien es centro de una disputa entre las autoridades chinas, tibetanas y activistas ambientales por el proyecto de Beijing de construir una planta hidroeléctrica en el lugar, 50 kilómetros al sudeste de Lhasa.

Los críticos acusan que la estación hidroeléctrica Yamdrok Tso contaminará el lago y reducirá su nivel de agua. Funcionarios chinos, a su vez, dijeron usarán la última palabra en tecnología occidental para asegurar la ecología del lago.

Yamdrok Tso simboliza un debate mucho más amplio que abarca el futuro económico del Tibet. Las autoridades gubernamentales dijeron que pretenden modernizar una sociedad agrícola muy atrasada. Exilados que demandan la independencia del Tibet dicen que quieren proteger la tradicional cultura, religión y ambiente del área.

Durante siglos, los tibetanos sobrevivieron con cultivos de subsistencia y pastores nómadas. Los budistas tibetanos creen que los lagos y montañas son sagrados, de modo que la mayoría rehusa trabajar en minería u otras ocupaciones que empobrecen la tierra.

Algunos creen que cualquier tipo de construcción en el Yamdrok Tso puede ser motivo de anatema.

El gobierno de Beijing, por su parte, dijo que el Yamdrok brindará 112.000 kilovatios de electricidad a las áreas de Lhasa, para aliviar los constantes apagones en algunas partes de la ciudad.

No obstante, los críticos del proyecto afirman que amenaza la frágil fauna del lugar y sus ecosistemas, además de los ya escasos recursos de tierras húmedas en la planicie tibetana, así como el propio lago.

Especial precupación causa el impacto del proyecto en la grulla de cuello negro, que figura en la Lista Roja 1996 de Animales en Peligro redactada por la Unión Conservacionista Mundial (IUCN).

La estación hidroeléctrica contaminará "definitivamente" el lago, aseguró Rinchen Dharlo, un representante en Estados Unidos del Dalai Lama, el líder político y religioso del Tibet que encabeza un gobierno en exilio en India. "Es uno de nuestros lagos más hermosos", acotó.

Ling Zheng He, a cargo de la construcción del proyecto, no está de acuerdo. Aseveró que la avanzada tecnología en la nueva planta protegerá el ambiente.

Yamdrok Tso es una instalación de bombeo desde la cual el agua desagotará en el lago. Luego bajará por una tubería, pondrá en acción las turbinas y pasará a un río. Tres veces por día, el agua será bombeada de nuevo al lago para asegurar que su nivel se mantenga estable, apuntó Ling.

"El agua del río es muy limpia", dijo Ling. "Además, disponemos de un sistema de filtración para estar seguros que no está contaminada cuando hacemos el bombeo de retorno".

Yamdrok Tso pondrá en marcha una de sus cinco turbinas la primavera próxima y será completamente operativa a fines de 1997, según Ling.

En el Congreso Mundial de Conservación, organizado por IUCN en Montreal, en octubre pasado, los participantes aprobaron una resolución pidiendo a China que promueva reservas naturales y "mantenga además la salud ecológica del Yamdrok Tso".

La controversia seguirá por algún tiempo porque el proyecto está ligado estrechamente a la política general de China en Tibet. Beijing considera al Tibet una provincia, pero los grupos locales rechazan la "ocupación" china.

Algunos tibetanos son partidarios de una autonomía amplia mientras otros se baten por una completa independencia.

"Esas grandes plantas hidroeléctricas son construídas para beneficiar a los chinos" que viven en Tibet, no los habitantes locales, apuntó John Ackerly, director de la Campaña Internacional por Tibet, con sede en Washington.

"Existe suficiente electrificación rural en áreas donde todos son tibetanos y no chinos", agregó.

Funcionarios del gobierno señalaron que han aumentado los programas de electrificación en toda la Región Autónoma de Tibet y, con el respaldo de la producción eléctrica, entre 1990 y 1995 hubo un crecimiento promedio de 10,2 por ciento.

Tibet está viviendo un auge económico relativo en los últimos años, una mejoría que, según las autoridades oficiales, contrarrestará los sentimientos independentistas de los tibetanos. Beijing aseguró que gasta más dinero por persona en Tibet que en ninguna otra parte.

Las reformas económicas que desde hace tiempo promueven el crecimiento en China, ahora están comenzando a tener un efecto visible en Tibet.

Equipos de construcción están construyendo edificios de oficinas y viviendas en Lhasa. No obstante, la producción agrícola se resintió desde que Beijing disolvió las comunas y responsabilizó a los campesinos de cultivar sus parcelas de tierra.

La economía de Tibet creció cerca del 10 por ciento en los últimos años, según estadísticas oficiales.

Sin embargo, Tibet sigue estando económicamnente rezagado, incluso para los niveles chinos. Los caminos rurales son malos, el servicio telefónico es pobre y los residentes rurales ganan el equivalente de 72 dólares por año, la mitad de lo que perciben los campesinos en otras partes de China.

Los partidarios de la independencia y el gobierno chino raramente están de acuerdo en algo. No obstante, hasta los independentistas admiten que Beijing mejoró el nivel de vida de los tibetanos.

Dharlo apuntó que la prosperidad económica alentará el disenso, como ocurrió en China. "Cuanto más mejore la situación de la gente, más querrá la libertad", dijo.

Pero Beijing insiste que, en la medida que los tibetanos consigan bienestar, comprenderán la necesidad de estrechar lazos con China. (FIN/IPS/tra-en/re/cpg/ego/ip-if-en).

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