Con miras al traspaso de la colonia británica de Hong Kong a China, se abrieron cierto número de escuelas en esta ciudad fronteriza para enseñar las particularidades de la instrucción en el nuevo territorio.
Esas escuelas privadas están haciendo buenos negocios, mucho mejores de lo que esperaban, aprovechando el convencimiento de muchos padres que el tipo de educación que se brinda en Hong Kong mejorará las posibilidades de sus hijos, cuando Gran Bretaña se retire despues del 30 de junio de 1997.
Muchos chinos creen que despues de la transición podrán entrar libremente en Hong Kong. En Shenzhen, existe incluso la fuerte convicción que esta ciudad y Hong Kong se fusionarán en una sola gran urbe por lo cual, aprendiendo lo mejor que enseñan las escuelas de la colonia, sus hijos estarán preparados con anticipación.
La difundida opinión es que la educación de Hong Kong es mejor que la impartida en el continente, y el pasaporte para ingresar a universidades extranjeras.
"Muchos padres instruídos quieren dar a su único hijo la mejor educación posible y piensan que Hong Kong tiene buenos colegios", apuntó Shum Ho, coordinador de la escuela Regent en Shenzhen.
La escuela Regent abrió sus puertas en septiembre de 1995. Tras un año de actividad cuenta con 400 alumnos y 40 profesores.
Muchos son niños cuyos padres ya tienen la autorización de vivir en Hong Kong pero sus esposas e hijos en el continente deben depender por ahora de visas temporales que les permiten viajar a la colonia esporádicamente.
"Sin duda, son pudientes, a menudo los padres son conductores de camiones que cruzan la frontera", explicó Shum. "No obstante, prefieren nuestra escuela porque consideran que los ayudará a integrarse mejor cuando se les permita residir en Hong Kong".
En anticipación al traspaso de poder, son otorgadas alrededor de 70 visas diarias a esposas chinas y sus hijos, para evitar un éxodo masivo hacia el territorio.
El gobierno de Hong Kong estimó que alrededor de 100.000 niños chinos del continente tendrán derecho de vivir en la ex colonia despues de 1997, cuando sean levantadas las actuales restricciones de inmigración sobre las familias chinas.
De los 35 alumnos en cada clase de la escuela Regent, más de la mitad se marcha cada año a Hong Kong, indicó Shum. Sin embargo, una vez en la colonia, muchos niños chinos sufren por el cambio.
Según un estudio gubernamental en Hong Kong, realizado algunos años atrás, de 4.700 alumnos del continente admitidos en escuelas de enseñanza básica en la colonia en el período lectivo 1991-1992, 46 por ciento debió repetir el año o fue puesto en cursos inferiores, algo que los padres quieren evitar.
La existencia de escuelas que enseñan con programas de Hong Kong es insólita debido al constante control que ejercen las autoridades de educación de Beijing.
Al revés de los colegios "internacionales", que enseñan a estudiantes extranjeros cuyos padres trabajan en China, los establecimientos de Shenzhen son para alumnos locales.
Los docentes de otra escuela dijeron que las autoridades de Shenzhen ejercen una rara colaboración, si bien los establecimientos deben seguir las reglas emanadas del gobierno provincial y usar textos aprobados por Beijing.
"Todavía debemos comunicarnos con el departamento de educación de la provincia de Guangdong y mantener los cursos programados. No obstante, las autoridades nos dieron amplia libertad. Si lo que el departamento de educación exige es demasiado político o ideológico, no lo enseñamos", dijo Shum.
"Incluso las autoridades centrales de Beijing están a favor de nuestras escuelas", observó. "Se dieron cuenta que en algunos aspectos, especialmente en inglés, el programa de Hong Kong es mucho más completo".
El departamento provincial de educación considera a esas escuelas como "especializadas", porque imparten instrucción sobre temas específicos que no se ofrecen en establecimientos normales. Además, tambien piensan que esos colegios elevarán el nivel en Shenzhen.
"Piensa que brindamos mejor administración educativa y estímulos para que otras escuelas actualicen sus estructuras. Nosotros formamos maestros", subrayó Shum, quien agregó que la mayor dificultad es encontrar docentes experimentados capaces de enseñar un programa que no les resulta familiar.
Sin embargo, las escuelas no pueden existir sin aprobación oficial porque dependen del Departamento Oficial del Trabajo para reclutar profesores, si bien cuentan con un reducido número de docentes pendulares de Hong Kong.
A pesar de todo, no se apartan demasiado del programa chino para instruir a los alumnos que deben rendir examen de ingreso a los liceos de Shenzhen. Reconocen que muchos niños no irán a Hong Kong y necesitan estar preparados para afrontar el competitivo régimen de instrucción que cada día toma más cuerpo en el continente. (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/ego/ed).
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