Reformar la mayor administración pública del mundo con 38 millones de personas no es una tarea fácil, en especial en China donde los empleados crecieron con la noción de un sistema de empleo de la cuna a la tumba sin importar su idoneidad.
Ya pasaron varios años desde que Beijing anunció que iba restructurar su burocracia, con el declarado propósito de reducir su plantel un 25 por ciento y librar al gobierno del peso de sus salarios.
Autoridades provinciales en China occidental, carentes de fondos, no pudieron pagar los sueldos durante meses, un indicio que el gasto del servicio público resulta excesivamente oneroso para algunas administraciones locales
Hasta ahora, sin embargo, solo 3.000 agentes fueron despedidos bajo un programa piloto vigente desde 1990, la mayoría de los cuales por indisciplina o prácticas corruptas.
En un reciente informe, la agencia semioficial Nueva China señaló que este año había 945.000 nuevos miembros del Partido Comunista en la planilla de sueldos, 2,5 por ciento más que en 1995. Tres cuartos de esos cuadros fueron clasificados como empleados públicos.
La desmesurada expansión del servicio civil a partir de los años '80 comenzó a preocupar a los funcionarios encargados de los gastos estatales. En los '80 había un cuadro cada 25 personas, respecto a uno cada 90 cuando los comunistas llegaron al poder en 1949.
Esas cifras no hacen distinción entre agentes públicos y miembros del partido, porque esos empleados constituyen el 80 por ciento de los cuadros.
La gran expansión fue atribuída en parte a la modernización del ejército, donde un millón de hombres bajo las armas fue sacado de las guarniciones y ubicado en empleos gubernamentales. La ampliación tambien se debió a los nuevos departamentos creados por el gobierno para manejar la reforma económica y la apertura del mercado.
Datos oficiales indicaron que la proporción disminuyó en los años '90 porque algunos funcionarios pasaron al sector privado. Ahora registra un miembro del partido cada 34 personas.
Beijing dijo que se lograron progresos en la modernización del servicio civil, si bien todavía no fueron completamente implementados los programas de reclutamiento a través de exámenes abiertos para contrarrestar la mala imagen frente al público.
El nuevo plazo para seleccionar empleados públicos mediante exámenes expirará a fines de 1997. Según estadísticas oficiales, más de 72.000 aspirantes se presentaron a los exámenes para competir por 6.000 puestos en los últimos tres años.
El sistema de exámenes se hizo obligatorio en 1993 con el fin de contrarrestar el difuso nepotismo y la creciente corrupción en la burocracia, y mejorar el calibre de los nuevos empleados.
Liu Jialin, director del departamento de exámenes y reclutamiento del Ministrerio del Interior, dijo que esa dependencia desea alentar a los gobiernos provinciales a reclutar servidores civiles a través de competencias públicas, y extender los exámenes a funcionarios asumidos a nivel de ciudades, distritos y pueblos.
No obstante, admitió que debido "a la diferente velocidad y progresos en la restructuración, todavía hay numerosos ejecutivos provinciales que todavía no iniciaron la tarea".
"La calidad general de los exámenes debe ser mejorada", dijo Liu en una entrevista a la agencia Nueva China.
Al inicio del año, China esbozó planes para introducir técnicas gerenciales estilo occidental en el reclutamiento de agentes públicos, para asegurar una competencia justa y evaluar su desempeño en los ascensos de categoría.
Desde los años '40, las promociones fueron ganadas sobre la base de "observar y estudiar" por parte de los superiores, un método que puede conducir al favoritismo.
"Nuestro viejo sistema ha sido fácilmente malogrado por factores humanos", reconoció Wen Xuan, director del centro de formación del servicio civil en Shenzhen. "Es peligroso depender solo de la opinión de gente que conoce a los candidatos".
La política de reclutamiento a través de méritos ha tenido cierto suceso. Informes oficiales dijeron que las calificaciones educativas de los cuadros que ingresan son más altas que en el pasado, con un 60 por ciento de nuevos graduados en escuelas técnicas o universidades.
Esto ha sido alentador para el gobierno que había estado preocupado acerca del nivel de educación de muchos burócratas asumidos durante el período de la Revolución Cultural (1966-1976). A mediados de los años '80, menos del cuatro por ciento eran graduados universitarios y muchos semianalfabetos.
Cierta cantidad de personas pudientes han sido reclutadas y están siendo instruídas como elite burocrática en una nueva escuela del servicio civil que se abrió en Beijing hace dos años.
Sin embargo, hasta que el gobierno se decida a tomar el toro por las astas y privatizar las empresas estatales deficitarias, incluyendo algunos departamentos públicos ineficientes, es improbable que haya gran cantidad de despidos en la administración pública. (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/ego/ip).
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