Parlamentarios y ecologistas protestaron hoy en Chile por la desinformación en torno a caída de una sonda espacial rusa con plutonio radiactivo, que se hundió en el océano Pacífico en las cercanías de la Isla de Pascua.
El Instituto de Ecología Política (IEP) y la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados dijeron que el silencio en Chile contrastó con las prevenciones adoptadas en Australia y Nueva Zelanda, países que se vieron también amenazados por la caída de la sonda "Marte 96".
La nave automática, lanzada al espacio el sábado en el marco de un proyecto ruso cofinanciado por otros 19 países, se precipitó a las 02.30 GMT de este lunes al océano Pacífico, entre las islas chilenas de Pascua y Salas y Gómez.
Pascua es la más lejana provincia insular chilena, a unos 3.000 kilómetros al noroeste de Santiago, y ninguna de sus autoridades fue informada previamente sobre la probable caída en el área de la sonda "Marte 96".
La nave, que debía llegar a la superficie de Marte en 1997, tiene cuatro pequeños generadores abastecidos por 300 gramos de plutonio-238, un material altamente radiactivo que podría causar una grave contaminación en el Pacífico Sur.
En Moscú, responsables de la Agencia Espacial Rusa (AER), afirmaron que no existe peligro de derrame del plutonio, que está protegido en herméticas cápsulas, capaces de resistir enormes presiones y temperaturas hasta 2.000 grados celsius.
La sonda, desarrollada por la AER en un programa que tuvo un costo de 300 millones de dólares, no logró cruzar la atmósfera al fallar el cuarto y último cohete de propulsión y comenzó a orbitar en caída a la Tierra desde el domingo.
El biólogo marino Bernardo Reyes, del IEP, dijo que el gobierno de Chile debe exigir al de Rusia toda la información acerca del plutonio hundido con la sonda y de sus sistemas de resguardo, debido a su alta peligrosidad.
Reyes especificó que el plutonio radiactivo tiene períodos de miles de años de degradación, pudiendo por tanto contaminar no sólo las aguas del Pacífico Sur, sino destruyendo además el ciclo biológico de reproducción de la flora y la fauna.
Reyes y el presidente del IEP, Manuel Baquedano, sostuvieron que si no se rescata el plutonio se verá amenazada la riqueza pesquera de Chile y demás países sudamericanos ribereños del Pacífico.
El diputado socialista José Antonio Viera-Gallo, de la Comisión de Defensa de su cámara, calificó como "extraordinariamente grave" el silencio que hubo en Chile mientras se esperaba la caída de la sonda en el Pacífico Sur.
En Australia y Nueva Zelanda, en cambio, se adoptaron dispositivos de alarma, con todas las prevenciones posibles para aminorar el daño ante el peligro de que la "Marte 96" cayera en áreas pobladas de esos países.
"Lo lógico era que las autoridades (chilenas) informaran de este peligro en Pascua", señaló Viera-Gallo, quien comentó que ya fuera por omisión o por ignorancia, se trató de un silencio igualmente lamentable.
El director de la gubernamental Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi), Alberto Maturana, confirmó que no hubo ninguna información ni requerimiento hacia las autoridades chilenas.
Maturana estimó que las gestiones de búsqueda y rescate de la sonda espacial y su peligroso cargamento deberían encauzarse a través del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Marítima Internacional.
Otras fuentes de Onemi precisaron que el lugar en que cayó la "Marte 96" no corresponde a aguas territoriales chilenas, por estar fuera del límite de las tres millas establecidas internacionalmente para esos efectos.
El hundimiento de la sonda rusa puso otra vez de actualidad el tema de la contaminación marítima por elementos radioactivos, ampliamente debatido en 1994 y 1995 por los cargamentos navieros de plutonio desde Europa a Japón. (FIN/IPS/ggr/ag/ip-en/96