La Fundación Augusto Pinochet, creada en Chile con motivo del cumpleaños número 81 del ex dictador y actual comandante en jefe del Ejército, no tiene fines políticos, según sus directivos.
La fundación, establecida en Santiago el último fin de semana, inauguró en la noche de este martes su primera filial provincial en la ciudad de La Serena, 470 kilómetros al norte de la capital, con una cena en que Pinochet fue homenajeado por 850 simpatizantes.
El veterano militar, nacido el 25 de noviembre de 1915, gobernó Chile desde el 11 de septiembre de 1973 hasta el 11 de marzo de 1990 y mantendrá la comandancia del ejército hasta el 11 de marzo de 1998, según la Constitución que hizo aprobar en 1980.
Alejandro Pino, directivo de la fundación, aseguró en La Serena que ésta no tiene objetivos políticos ni personales, al tiempo que descartó que el octogenario militar pueda usar esta entidad para una eventual incursión en política tras su retiro.
"Todos estamos aquí especialmente para proyectar una obra, pero nunca para realizar una gestión política. Digo tajantemente que si alguien quisiera transformarlo en un movimiento político, no podría estar aquí", afirmó Pino.
La Fundación Pinochet, según sus organizadores, tiene como propósito central "proyectar la obra del gobierno de las Fuerzas Armadas", mediante becas educativas a hijos de efectivos del ejército y actividades de difusión.
El dinero recaudado a través de la cena en La Serena permitió otorgar en La Serena la primera beca de la fundación, que planea constituir filiales en otras 27 ciudades del país.
Pinochet puede acceder al cargo de senador vitalicio cuando se acoja a retiro de las filas castrenses, pero la norma que lo favorece en ese sentido podría ser modificada en el marco de una serie de reformas que deben negociar el gobierno y la oposición.
Las senaturías vitalicias favorecen a ex presidentes que hayan ejercido el cargo por un mínimo de seis años, siendo el ex dictador el único que está en esa condición, ya que todos sus antecesores en el gobierno ya fallecieron.
La norma discrimina al ex presidente Patricio Aylwin (1990-94), cuyo gobierno de transición democrática duró sólo cuatro años en virtud de un acuerdo político, antes de que una reforma restableciera el mandato de seis años a partir de 1994.
La centroizquierdista Concertación por la Democracia, que gobernó con Aylwin y gobierna con el actual presidente Eduardo Frei, debe negociar con la oposición derechista la probable eliminación en 1997 de los senadores designados, creados por Pinochet.
En esta negociación podrían incluirse otras reformas constitucionales, orientadas a terminar con los llamados "enclaves autoritarios", relativas a la remoción y nombramiento de los mandos militares.
Es posible que en los puntos a tratar entre el oficialismo y la derecha se incluya igualmente la cuestión de las senaturías vitalicias para los ex presidentes, en la búsqueda de una fórmula que elimine la actual discriminación en contra de Aylwin. (FIN/IPS/ggr/mj/ip/96