La baja tasa de crecimiento del empleo en Chile desde 1993 aumentó la desigualdad entre ricos y pobres, informó hoy el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), al entregar los resultados de una encuesta socioeconómica.
La encuesta del INE muestra retroceso respecto del avance redistributivos logrado en el país a partir del restablecimiento de la democracia, en marzo de 1990.
El ingreso por persona entre el 10 por ciento más rico de la población supera los 1.600 dólares al mes, en tanto en el 10 por ciento más pobre es de sólo 41 dólares, de acuerdo con la encuesta del INE.
Chile y Brasil son los países de mayor desigualdad distributiva en la región, según informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe refrendados en el caso chileno por estudios de la Iglesia católica.
El trabajo del INE advierte que los progresos logrados entre 1990 y 1993 hacia un mayor equilibrio entre los estratos de mayores y menores ingresos se debilitaron entre 1993 y 1995 por la baja tasa de crecimiento del empleo.
En los años indicados. la ocupación creció a un promedio anual de sólo 0,8 por ciento, y el 20 por ciento más rico de la población pasó a percibir más de 70 por ciento de los ingresos, mientras el 20 por ciento más pobre bajó su participación a 5,2 por ciento.
En la primera fase del gobierno de transición de Patricio Aylwin (1990-94) se impulsó una política de mejoramiento salarial, cuyos positivos efectos se multiplicaron por la expansión productiva de la economía.
Gracias a este proceso, la población chilena en situación de pobreza, estimada en 40 por ciento al término de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), se redujo en la administración de Aylwin a 28 por ciento.
Esta tasa de pobreza se ha mantenido bajo el actual gobierno de Eduardo Frei, pero al mismo tiempo se advierte que el crecimiento de la economía se traduce en mayores ingresos para los sectores más acomodados, en desmedro de los más modestos.
Uno de los factores que más influye en esta situación, de acuerdo con el análisis del INE, es el bajo incremento del empleo, cuyo ritmo de expansión es muy inferior al incremento del producto interno bruto.
La tasa promedio de desocupación del país, que ascendía a 8,2 por ciento de la fuerza laboral en 1991, disminuyó a 6,7 por ciento en 1992 y a 6,5 en 1993, para subir a 7,8 por ciento en 1994 y bajar levemente a 7,4 por ciento en el último año.
El gobierno de Frei admite que el empleo es el "talón de Aquiles" de la economía chilena, que registra en esta década tasas de crecimiento de 7,2 por ciento (1991), 11,8 (1992), 6,6 (1993), 4,2 (1994) y 8,6 por ciento en 1995. (FIN/IPS/ggr/ff/if dv/96