BRASIL: Reelección de Cardoso aparece como nueva encrucijada

La de reelección del presidente Fernando Henrique Cardoso se convirtió ahora en la gran batalla en Brasil, elevada a cuestión decisiva tanto política como en la economía, desplazando a otras reformas constitucionales de carácter económico.

El derecho de Cardoso a disputar las elecciones de octubre de 1998 representa la posibilidad de un mayor crecimiento de la economía brasileña, de hasta ocho por ciento, manteniendo la fuerte atracción de capitales externos, argumentó el ministro de Planificación, Antonio Kandir.

La oposición acusa una fuerte presión incluso del sistema financiero internacional en favor de un nuevo mandato de cuatro años para el presidente.

Las elecciones municipales, que concluyeron el día 15 con la segunda vuelta en 31 grandes ciudades, no favorecieron sin embargo el proyecto oficialista.

El alcalde de Sao Paulo, Paulo Maluf, fortalecido como candidato presidencial, desató una ofensiva contra la enmienda constitucional que establece un mecanismo históricamente rechazado en Brasil y que en América Latina recién empezó a implantarse, con los casos de Argentina y Perú.

Maluf se mostró partidario de la reelección de jefes del Poder Ejecutivo, pero no para los actuales mandatarios, porque fueron elegidos dentro del actual cuadro institucional, que les prohibe disputar el mismo puesto al final de su mandato.

Abrirles esa posibilidad en medio de su gobierno sería "casuísmo", término político brasileño que significa cambio de reglas según intereses circunstanciales, argumentó el alcalde, en su ponencia del martes ante la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que examina la propuesta de enmienda.

El "casuísmo" estaría caracterizado como injustificable discriminación si se veta al actual gobernante participar en las elecciones, viene reiterando Cardoso.

El presidente se cuida de aclarar siempre que defiende la reelección como regla general y no en beneficio propio. Su candidatura en 1998 dependería del cuadro futuro, si el proyecto continuista es viable y responde a demandas de la nación, argumenta.

Sin embargo, el oficialismo trabaja intensamente por la aprobación de la enmienda.

El ex candidato presidencial de la izquierda, Luiz Inacio Lula da Silva, acusa el gobierno de concentrar todos sus esfuerzos en esta propuesta, relegando los problemas económicos y sociales del país.

El alcalde de Sao Paulo, líder del conservador Partido Progresista Brasileño (PPB), demostró un fuerte interés en obstruir el camino de la reelección, en una alianza circunstancial con la izquierda.

Amenazó incluso con impedir la iniciativa gubernamental de convocar en forma extraordinaria al Congreso durante el receso de enero para votar la enmienda. La Constitucin sólo admite tal convocatoria "en caso de urgencia o interés público relevante", que no incluye el tema en debate, sostuvo.

Señaló a varios miembros del gobierno, como el vicepresidente Marco Maciel, y a parlamentarios oficialistas, de haber votado contra la reeleccin durante la revisión constitucional en 1994.

Pero varios diputado acusados replicaron recordando que también Maluf cambió de opinión, ya que antes era favorable a un segundo mandato, porque pretendía disputar nuevamente la alcaldía de Sao Paulo.

La polémica amenaza la unidad de la coalición gubernamental, que comprende el PPB de Maluf, que tiene un representante en el gobierno, el ministro de Industria y Comercio, Francisco Dornelles.

El ministro trabaja por la aprobación de la enmienda constitucional y anunció que renunciará al cargo si su partido formaliza una posición en contra.

El propio Partido de la Socialdemocracia Brasileña, de Cardoso, tiene sus disidentes, como el ex ministro de Hacienda, Ciro Gomes, que argumentó contra la reelección este miércoles ante la Comisión de diputados que estudia la propuesta.

Con ese tema acaparando la atención política, cayeron en el ostracismo las enmiendas constitucionales antes consideradas vitales para la economía, para reformar la administración pública, el sistema tributario y la seguridad social.

En tanto, rivales históricos como Maluf y Lula coinciden en que la reelección paraliza el gobierno. (FIN/IPS/mo/ag/ip/96

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