La hegemonía militar, política y económica de Estados Unidos perjudica tanto a China como a Brasil y caracteriza una situación mundial que debe modificarse, dijo hoy en Brasilia el primer ministro chino, Li Peng.
En su primer día de visita a Brasil, el mandatario firmó con el presidente Fernando Henrique Cardoso una declaración ratificando el programa espacial conjunto, que prevé la construcción y lanzamiento de cuatro satélites.
El programa costará 150 millones de dólares, de los cuales Brasil aportará 30 por ciento. El domingo, tras visitar Sao Paulo y encontrarse con la comunidad china local, Li Peng visitará el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales que ejecuta la parte brasileña en el acuerdo espacial.
Además, los dos mandatarios acordaron mayor cooperación en la aplicación de la Agenda 21, el programa aprobado en la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente de 1992, y la mantención del consulado brasileño en Hong Kong, que volverá a ser parte de China en 1999.
Li Peng permanecerá hasta el martes en Brasil. Este sábado visitará la Empresa Brasileña de Investigaciones Agropecuarias, gran generadora de nuevas tecnologías agrícolas. El lunes estará en Manaos y conocerá el río Amazonas, antes de embarcar para Venezuela.
El comercio sino-brasileño alcanza 1.400 millones de dólares anuales, una cifra limitada en relación a las potencialidades de ambos países. Situación similar ocurre en el intercambio con América Latina, debido a la distancia, y Brasil puede ejercer importante papel en su incremento, opinó Li Peng.
El deseo de China es ampliar su comercio con todo el mundo, señaló, rechazando acusaciones de proteccionismo a su país. El arancel chino bajó del promedio de 38,9 por ciento a 23 por ciento en los últimos años, argumentó.
No es justo que China esté fuera de la Organización Mundial de Comercio, afirmó, sin mencionar la oposición de Estados Unidos a su incorporación.
Li Peng aseguró que su gobierno proseguirá las reformas que empezaron hace 18 años en lo económico y en lo político, pero sosteniendo que no renunciará al "socialismo de mercado". Ese camino distingue China de la ex Unión Soviética, tal como los excesivos gastos soviéticos con el armamentismo, sostuvo. (FIN/IPS/mo/jc/if-ip/96