Cuando falta poco más de un mes para terminar 1996, la economía argentina está dejando atrás la recesión que sobrevino en 1995 tras la crisis mexicana. Sin embargo, el aumento de la producción, del consumo y de la inversión no alcanzan a bajar el alto índice de desempleo.
El ministro de Economía, Roque Fernández, aseguró que el aumento de 6,6 por ciento del producto bruto interno en el tercer trimestre de este año, el incremento de las ventas, las inversiones y las exportaciones, son datos "buenos", aunque admitió que la gente apenas comenzará a percibirlos en 1997.
"Recién en marzo o abril del próximo año la gente tendrá una sensación completamente diferente a la que existe hoy", dijo, y reconoció que el desempleo, de 17,1 por ciento, seguirá elevado este año, y sólo en mayo podría bajar un punto.
Fernández aludió así a la distancia que hay entre los datos de la macroeconomía, que muestran una recuperación sostenida de la actividad, y la percepción general de la población que aún manifiesta cautela en el consumo, menos por temor a un cambio de reglas en el sistema económico que a la pérdida del empleo.
Los analistas económicos tienen una explicación para ese distanciamiento. El crecimiento económico está siendo liderado por el sector externo y la población no lo nota.
Según un estudio de la empresa Broda, la economía crecerá este año 3,1 por ciento, el consumo tres por ciento, la inversión 4,9 por ciento y las exportaciones 7,7 por ciento.
Con este ritmo sostenido en 1997, recién en diciembre del próximo año se volverá al nivel de actividad de fines de 1994.
Tras un crecimiento económico de siete por ciento promedio anual entre 1991 y 1994, la economía argentina retrocedió 4,4 por ciento y el consumo se desplomó casi siete por ciento en 1995 como consecuencia de la desconfianza de los inversores en América Latina provocada por la crisis de México.
Argentina y México fueron los países que más retrocedieron en 1995, pero este año comenzó la recuperación. En diciembre, se estima que la economía argentina crecerá entre tres y cuatro por ciento y para 1997 se proyecta un crecimiento de cinco por ciento.
Pero el desempleo, que ya superaba 16 por ciento en 1994, en pleno auge consumista, se mantendrá en esos niveles.
La recuperación argentina está concentrada en el sector de automóviles y equipamiento del hogar. La venta de autos creció 5,5 por ciento en los primeros nueve meses. También se observa un aumento de la actividad en la construcción.
En materia de exportaciones, la suba ronda 10 por ciento en lo que va del año, comparado con 1995. La recaudación tributaria creció nueve por ciento respecto de 1995. No obstante, estos indicadores no alcanzan para observar un impacto positivo en el empleo.
Los analistas coinciden en que un incremento económico de cuatro por ciento este año y de cinco para 1997, significará la creación de entre 150.000 y 180.000 nuevos puestos de trabajo. Pero hay dos milllones de personas que buscan empleo.
El presidente Carlos Menem amenazó este fin de semana con sancionar por decreto la reforma laboral que busca flexibilizar las normas de contratación y reducir el costo laboral, para que las empresas se animen a contratar nuevos trabajadores.
La amenaza respondió a la demora del Congreso en tratar los proyectos, que no podrían ya ser aprobados este año. Pero también fue interpretado como un guiño del presidente al Fondo Monetario Internacional (FMI) que pide la reforma urgente.
Este domingo se conoció un informe oficial reservado del FMI que recomienda al gobierno argentino "emprender vigorosamente la reforma laboral", además de aconsejar que se privaticen bancos públicos, que se avance en el achicamiento del Estado y en la reforma del sistema público de salud.
El informe resume los condicionamientos exigidos por el organismo para perdonar a Argentina por haber incumplido con sus metas fiscales. Este año, el déficit público llegará a 6.000 millones de dólares, el doble de lo que se había comprometido con el FMI.
El gobierno de Menem, a pesar de las resistencias sindicales, asegura que sólo mediante una reforma laboral se podrá bajar el índice de desempleo. Pero los analistas y las cámaras empresariales, aún estando en favor de la reforma, no creen que vaya a producirse ese efecto positivo sobre el nivel de empleo.
Por su parte, el ministro de Economía señaló que confía que en 1997 se reducirá el déficit público porque aumentará la recaudación, pero prometió que resistirá las presiones para aumentar el gasto en sectores como salud, educación, justicia o defensa.
"Lamentablemente, hay que mantener un férreo control del gasto para asegurar la solvencia fiscal", adelantó. De esta manera, se podrá hacer frente a los vencimientos de la deuda externa que rondarán los 10.000 millones de dólares en 1997.
Por lo tanto, la mayoría de la gente, que no parece participar de los beneficios del crecimiento, tendrá que seguir esperando. Este año no habrá mayores cambios en sus economías, y el próximo se verá. (FIN/IPS/mv/jc/if/96