Los argelinos irán a las urnas este jueves para votar en un referendo constitucional auspiciado por el presidente Liamine Zeroual y resistido por la mayoría de la oposición.
Los partidos opositores denuncian este proyecto, que supone una profunda reforma de la Constitución y que de ser aprobado determinará la prohibición de los partidos islámicos y reforzará el poder presidencial.
Unos 16 millones de votantes -en una población de 28 millones de personas- son llamados a decidir sobre una revisión constitucional que incluye la transformación del Parlamento en un órgano bicameral, la prohibición de los partidos religiosos y la confirmación del Islam como religión del Estado.
A un año de la primera eleccion presidencial multipartidaria, ganada cómodamente por el general retirado Zeroual, el gobierno afirma que la votación del jueves consolidará los nuevos cimientos políticos del país.
No se espera, sin embargo, una concurrencia a las urnas del mismo nivel que la convocada por la elección presidencial del 16 de noviembre del año pasado, cuando los argelinos, en proporción mayor a 75 por ciento, fueron a votar a pesar de las amenazas lanzadas por los grupos armados radicales.
Aquel voto marcó el deseo popular de que termine el conflicto entre los militantes islámicos y las fuerzas de seguridad, que ha dejado ya un saldo de más de 50.000 muertos desde comienzos de 1992, según estimaciones europeas.
Los dirigentes en el exilio del ilegalizado Frente Islámico de Salvación (FIS), en declaraciones emitidas desde Bonn, atacaron el plebiscito como una "mascarada" de las "autoridades militares".
Argelia comenzó un baño de sangre después que los militares dieron un golpe, en diciembre de 1991, determinando la cancelación del proceso de elección legislativa que el FIS había ganado en la primera vuelta y con seguridad ratificaría en la segunda, en enero de 1992.
El programa político del gobierno contempla la realización de elecciones legislativas y municipales en 1997.
Otro indicio de una votación menor que la esperada lo ofreció la concurrencia a votar de los argelinos residentes en el extranjero -735.034 ciudadanos, la mayoría en Francia- a partir del sábado pasado.
Esta se trata de un voto más técnico, que se refiere a una serie de detalles constitucionales.
Existe, también, una mayor desilusión acerca de la actividad política, pese al continuo crecimiento de la economía argelina.
La campaña por el referendo se vio entorpecida por una serie de atentados con bomba y asaltos a aldeas, en su mayor parte alrededor de Argel, que dejaron un saldo de 148 personas muertas.
La organización humanista con sede en Londres, Amnistía Internacional, criticó esta semana el "terror" que siguen protagonizando ambos bandos del conflicto argelino, pero su informe fue duramente discutido por el gobierno. (FIN/IPS/tra-en/ao/cb/rj/arl/ip/96
