La interrelación entre turismo y cultura y la defensa de la identidad cultural son imprescindibles para la promoción de la creciente industria del tiempo libre, en opinión de los asistentes a un encuentro regional sobre turismo que sesionará en la capital de Cuba hasta el viernes.
La reunión, promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y La Cultura (UNESCO), pretende promover la cooperación entre las entidades turísticas y culturales en lo que parecería un fin obvio: el desarrollo sostenible de la llamada industria del siglo XXI.
De acuerdo con la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe (ORCALC), con sede en La Habana, la cifra de 560 millones de viajeros anuales, con perspectivas de llegar a 700 millones en el 2000, indican que las actividades del tiempo libre ocupan gran espacio en la economía mundial.
Estos flujos de visitantes se convierten ahora en un desafío para la región, tanto por su magnitud como por la incorporación al turismo de nuevos valores relacionados con la cultura, la historia, la naturaleza y el patrimonio cultural, señala la ORCALC.
El ministro de Cultura de Cuba, Armando Hart, recordó que la región tiene un enorme potencial turístico, y que hacia ella se mueven millones de personas cada año, que "lamentablemente no siempre sabemos insertar en la dimensión cultural deseada".
El brasileño Eduardo Portella propuso en su tesis, dedicada a la interculturalidad, un turismo deseable, que remita al intercambio de culturas, al enriquecimiento mutuo, al equilibrio entre la tolerancia y el respeto.
A su juicio, ese concepto debería estar presente en las políticas turísticas de la región, con plena conciencia por parte de los gerentes del sector estatal y el privado, de promotores y agentes culturales, y de todos los que se relacionan con el flujo de visitantes.
Portella llamó la atención sobre peligros que afectan el entendimiento de un turismo cultural: la protección nostálgica de la identidad y la desprotección crónica del mercado.
Esta tesis es una de las que gana terreno a la hora de fijar acciones en el encuentro, que deberá adoptar un programa de acción regional para promover la dimensión cultural del turismo, acorde con el desarrollo armónico y durable.
El mercado turístico tiene la obligación de proteger el patrimonio cultural y combatir el turismo depredador, el de los programas ociosos que sólo buscan atender las demandas insensatas de consumidores indolentes, afirman los participantes.
En la reunión preparatoria de la reunión, celebrada en julio en Río de Janeiro, se sostuvo que el turismo convencional, en el que cultura y naturaleza juegan apenas el papel de telón de fondo, "puede incluso convertirse en factor agresivo en los planos ambiental y ético".
En el Encuentro Internacional sobre Turismo Cultural, patrocinado también por el país anfitrión, México y Brasil, se espera la participación de Federico Mayor, director general de la UNESCO, quien recibirá, en una ceremonia académica, el doctorado Honoris Causa en Ciencias de la Educación.
Durante la visita, Mayor entregará condecoraciones de la UNESCO a dos prestigiosos intelectuales cubanos, Alfredo Guevara, cineasta y presidente del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y a Eusebio Leal, historiador de La Habana y principal promotor de su restauración. (FIN/IPS/rs/jc/cr/96