Trece países de América Latina tienen ya reglas para impulsar la competencia, un elemento crucial dentro del proceso de liberalización de los mercados, pero sus beneficios son aún poco visibles, se analizó hoy en Venezuela.
Directivos de agencias de competencia de la región y España iniciaron este miércoles en Caracas una reunión de tres días para intercambiar experiencias y promover la que aparece como el arma escondida para que los consumidores se beneficien de la apertura.
La venezolana Manuela Rangel, funcionaria del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), anfitrión de la cita, dijo que el éxito de las políticas de competencia depende de tres factores: establecer normas claras, aplicarlas de manera transparente y eficaz y concientizar a la opinión pública.
El brasileño José Tavares, encargado del tema de competencia dentro del equipo que conduce el proceso para establecer un Area de Libre Comercio de América (ALCA), indicó que a la sombra de los procesos de apertura el tema de la competencia tuvo un gran auge y transformación en la última década.
Tavares precisó que las políticas de competencia no son sólo un fenómeno a nivel nacional sino que forman parte de la acción y debate dentro de los bloques comerciales y los esquemas de apertura de la región.
En materia de legislación, se pasó practicamente en esta década de normas que se centraban en limitar las prácticas desleales o monopólicas, a un enfoque moderno, que busca la eficiencia de los sistemas industriales, la transparencia de los mercados y en definitiva el bienestar del consumidor.
Al ser legislaciones y agencias nuevas que protegen una competencia basada en la apertura y desregulación del mercado, América Latina dispone de reglas modernas y bastante uniformes, lo que facilita la armonización del tema dentro de los bloques.
Además, explicó Tavares, en el marco global se da el caso de que la región por vez primera se presenta en los foros de negociación comercial tan actualizada como los países industrializados.
Eso sucederá en la primera gran reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), desde su fundación en enero de 1995, que se realizará en Singapur en diciembre, donde los llamados nuevos temas, como competencia y propiedad intelectual, serán parte fundamental de la agenda.
Pero Tavares, como directivos del Tribunal de Competencia de España y las instituciones que controlan la actividad en los países latinoamericanos, coincidieron en que "la cultura de la competencia" no se construye de un año para otro y que requiere del esfuerzo de todos los estamentos, públicos y privados.
También se admitió que los procesos de apertura se dieron en la región sin haberse eliminado estructuras de producción y comercialización monopólicas, oligopólicas o cartelizadas, lo que en la práctica deja al consumidor indefenso y sin gozar de un verdadero libre mercado.
Pero todos coincidieron en que por algún lado hay que comenzar a desatar los nudos y que los beneficios netos de las reglas de una competencia real y transparente ya comenzaron a notarse y lo harán en mayor medida en los próximos años.
Tavares explicó que la muestra de la importancia que los países adjudican al tema quedó demostrada con la participación de 22 de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el grupo de trabajo que se ocupa de los aspectos de competencia en la negociación preliminar del ALCA.
La OEA fue la instancia encargada por la cumbre hemisférica de Miami, en 1994, de trazar el camino para el lanzamiento de una negociación que cree una zona de libre comercio continental y que debe estar ultimada en 1995.
El funcionario brasileño indicó que en el grupo de trabajo de competencia, uno de los 11 que operan en esta fase previa al lanzamiento de las negociaciones, previsto para 1998, se decidió ya establecer un inventario completo de las normas que operan en el continente en la materia.
Además se decidió realizar un informe anual, tal como hace la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) -que aglutina a 25 importantes economías del mundo-, sobre la aplicación en el continente de las políticas de competencia.
Una tercera decisión ha sido el establecimiento de indicadores económicos en apoyo a las políticas de competencia, para medir cómo opera el mercado en temas como eficiencia, barreras a la apertura y poder en consecuencia de ese mercado.
Estos temas volverán a ser analizados en su aplicación durante una reunión del grupo de trabajo en enero, previa a la tercera cita ministerial de ALCA, en mayo próximo, en la ciudad brasileña de Belo Horizonte. (FIN/IPS/eg/jc/if