El desarrollo sostenible cobra fuerza constantemente y quienes sigan creyendo que la conservación es sólo una moda izquierdista quedarán en el pasado, afirmó el empresario suizo Stephan Schmidheiny.
"Esto implica un cambio de paradigma social, político y económico, y un cambio de paradigma exige un gran esfuerzo de comunicación. En esto el papel de la prensa es fundamental", dijo a IPS Schmidheiny, presidente del Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible.
"Tenemos que pasar de una economía de despilfarro, contaminante, a una economía de eficiencia y participación de muchos, y sin una comunicación mucho más intensa, honesta y menos politizada no vamos a lograrlo", añadió.
El Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible, fundado para participar en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, reúne a un grupo de 120 líderes empresariales de todo el mundo.
Schmidheiny, quien participó este fin de semana en Punta del Este en la Reunión Cumbre del Periodismo sobre Desarrollo Sustentable, organizada por la Fundación Ecos, destacó el compromiso creciente de los empresarios en materia ambiental.
"Todavía hay movimientos ambientalistas con un discurso radical y empresarios que sólo ven en esto un motivo de confrontación política, pero quienes siguen creyendo que la conservación es sólo una moda política izquierdista ya no cuentan", advirtió.
El concepto de desarrollo sostenible reconoce que el desarrollo económico y la protección ambiental están inextricablemente unidos y que la calidad de vida de la población depende de la capacidad de satisfacer las necesidades humanas básicas sin destruir el ambiente.
El empresario suizo hizo especial énfasis en el concepto de ecoeficiencia propuesto por el Consejo que preside, al que definió como un proceso de mejora continua en el camino del desarrollo sostenible.
Esto significa "producir más mientras consuminos menos recursos y energía, y contaminamos menos", indicó.
"Con este concepto proponemos algo positivo al empresario", dijo Schmidheiny, quien fue designado consejero principal para el Comercio y la Industria de Maurice Strong, secretario general de la Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo en junio de 1992.
Empresas ecoeficientes serán las que logren de forma continua mayores niveles de eficiencia, evitando la contaminación mediante la utilización de materiales, tecnologías y productos más limpios y la recuperación de los recursos a través de una buena gestión.
El empresario aseguró que el progreso en esta dirección es un buen negocio, ya que da lugar a ventajas competitivas y nuevas oportunidades, pero puntualizó que esto exige cambios radicales en la actitud empresarial, que incluye incluso una nueva ética en la forma de hacer negocios.
Schmidheiny, quien encabeza tres corporaciones con sede Zurich, Suiza, puso su propio caso como ejemplo, al indicar que el éxito económico de sus empresas en los últimos seis años fue mucho mayor que antes.
"No puedo decir que esto se deba a la ecoeficiencia, pero sí puedo asegurar que la ecoeficiencia no ha sido un obstáculo para ello", puntualizó.
El empresario destacó la dimensión social del concepto de desarrollo sostenible, al afirmar que el problema social es más grave y urgente incluso que los ambientales, y constituye el mayor desafío para el inversionista.
"Tenemos que vincular a todo el mundo en las oportunidades que se abren y una condición clara para esto es la educación, ya que sin educación no habrá desarrollo sostenible", afirmó.
Considera que este es uno de los aspectos que diferencian a los denominados "tigres asiáticos" de los países de América Latina, ya que los primeros invierten mucho más en educación.
Uno de los puntos más polémicos de la intervención de Schmidheiny en la reunión de Punta del Este fue el referido a la cooperación Norte-Sur.
Los países en desarrollo deben hacer un esfuerzo en inversión, infraestructura y educación, para lo que deben contar con el ahorro y la inversión locales, afirmó.
"Estas son tareas del país que ninguna ayuda externa puede sustituir, pero la cooperación internacional es cada vez más necesaria, para compensar por ejemplo la desventaja tecnológica de los países en desarrollo", precisó el empresario suizo.
Schmidheiny insistió en la responsabilidad que en el cambio de paradigma tienen los medios de comunicación como factor multiplicador de la conciencia.
Pero el cumplimiento de esta tarea exige una capacitación de los periodistas, para que estos puedan compartir luego con los lectores.
En este sentido, el vicepresidente de la Red Globo de Brasil, José Roberto Marinho, dijo a IPS que el grupo comenzará un proceso de formación de periodistas en temas medioambientales, para que cumplan un papel de educadores dentro de los propios medios en los que trabajan.
"Los temas ambientales deben ser analizados, no alcanza sólo con la noticia", afirmó Marinho, quien también participó este fin de semana en la Reunión Cumbre del Periodismo sobre Desarrollo Sustentable. (FIN/IPS/ag/en-cr/96