AMBIENTE: Polémico GEF invirtió cifra millonaria en biodiversidad

Muchos grupos ambientalistas lo señalan como el peor enemigo. Sin embargo, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) asegura que con su gestión se ganaron 1.000 millones de dólares para conservar la biodiversidad o usarla de modo sostenible.

Así lo remarcó este jueves el presidente del GEF, Mohamed El Ashry, en rueda de prensa concedida en el marco de la Tercera Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica, que se celebra en Buenos Aires del 4 al 15 de este mes.

El Ashry negó que el GEF alcance a cubrir las necesidades ambientales del planeta y dijo que es sólo parte de un esquema de financiamiento global.

"Para atender las necesidades ambientales del mundo, el Instituto de Recursos Mundiales estimó que se necesitarían 50.000 millones de dólares al año", aclaró.

El GEF es el mecanismo financiero que implementa proyectos de los países en desarrollo para avanzar en los objetivos del convenio, que son conservar la biodiversidad, usarla de manera sustentable y repartir entre los países los beneficios de la explotación de recursos genéticos.

Actúa también como mecanismo financiero del Convenio de Cambio Climático y contribuye con el Protocolo de Montreal, un fondo multilateral al que aportan los países para apoyar políticas contra el adelgazamiento de la capa de ozono.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) y también países del Sur, consideran que el GEF no obedece a las prioridades de los convenios, carece de sensibilidad para captar los problemas de los países más pobres e impone condiciones muy estrictas para otorgar financiamiento.

El GEF se constituye con unos 2.000 millones de dólares de donaciones de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y de una decena de países del Sur entre ellos Argentina, Brasil, Egipto, China, India y Mexico, donantes además de receptores de ayuda.

Los programas se desarrollan a través de tres agencias: el Banco Mundial, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que son los encargados de evaluar y hacer el seguimiento de los proyectos.

No obstante, el presidente del GEF aseguró que "no hay ningún tipo de condicionamiento" de los países donantes ni de las agencias, como aseguran muchas ONG.

El Ashry dijo que "desde la Cumbre de Río (1992) hasta ahora, el GEF es el único mecanismo financiero que hay".

De hecho, en Buenos Aires, los gobiernos discuten el borrador de un memorandum de entendimiento para prorrogar su mandato como mecanismo interino por uno o tres años más.

Su presidente consideró al GEF como una de las estructuras más "democráticas y amplias" de financiamiento, ya que cuenta con la participación de ONG que lo asesoran y tiene en su consejo una representación balanceada de países industrializados y en vías de desarrollo.

Como muestra de la transparencia del organismo, dijo que los documentos que se debaten en el consejo se colocan al mismo tiempo en Internet.

Destacó, además, que el GEF ya invirtió en biodiversidad 477 millones de dólares para los países en vías de desarrollo y con su gestión logró movilizar recursos adicionales de otros fondos, agencias de Naciones Unidas y del sector privado por 488 millones.

Del total de proyectos, entre 15 y 20 por ciento son ejecutados por ONG como el World Wildlife Fund, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza o la argentina Fundación Patagónica Natural. Es decir que no sólo los gobiernos son receptores de dinero.

El funcionario aseguró que a la fecha "ningún proyecto fue rechazado por el GEF por falta de fondos, al contrario, hay aún fondos sin comprometer".

Este punto es clave para la implementación del tercer objetivo del convenio, que es el de repartir los beneficios de la explotación de recursos.

Pero "las partes (los estados que integran el Convenio) no se han puesto de acuerdo aún en qué es lo que quieren hacer con este tercer objetivo, y por lo tanto no nos proporcionan las guias de política para la financiación de proyectos", dijo El Ashry.

"No es que el GEF no quiera financiar estos programas", aclaró El Ashry, quien sostuvo que incluso el organismo podría cooperar en las negociaciones entre las empresas del sector privado y los estados para convenir el reparto de beneficios de la explotación de genes o plantas para uso comcercial.

Pero hasta el momento sus programas se limitan a cumplir sólo con los dos primeros objetivos del convenio: conservar y hacer un uso sostenible de la biodiversidad. (FIN/IPS/mv/ag/en/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe