AMBIENTE: La contaminación viaja también en avión

¿En qué se diferencia un achacoso automóvil, la humeante cafetera, de un raudo jet en el espacio? En que el avión emite casi el doble de los gases que van a contaminar la atmósfera.

La actual flota mundial de 400.000 aviones comerciales es responsable de entre dos y tres por ciento de la contaminación del aire en el planeta, aseguró Lars Nordberg, de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEE/NU).

La masa de gases contaminantes que los aviones dejan en los cielos se duplicará o aún triplicará en el 2015, previno Nordberg, subdirector de Ambiente y Asentamientos Humanos de la CEE/NU.

El fenómeno presenta algunas constantes. Una de ellas establece que todo aparato impulsado por combustión contamina el aire. Vale tanto para una cortadora de césped casera como para un jumbo trasatlántico.

Otra regla dominante, por lo menos en la distribución económica actual, determina que la chimenea contaminante de emisiones de aviones se levanta en el hemisferio Norte.

El 94 por ciento de las emisiones se registra en vuelos sobre las regiones septentrionales. Europa aporta 30 por ciento y América del Norte 44 por ciento.

La combustión de carburantes de aviación despide dióxido de carbono (CO2), agua (H2O) en forma de vapor y dióxido de azufre (SO2).

También genera numerosos contaminantes de otros tipos, como monóxido de carbono (CO), componentes orgánicos volátiles y partículas.

Por otra parte, las elevadas temperaturas de la cámara de combustión conducen a la formación de óxidos nitrogenados (NOx).

El problema del control de las emisiones originadas en el tráfico de vehículos ha sido administrado por la Convención sobre Contaminación Transfronteriza del Aire de Largo Alcance.

Pero los protocolos de esa convención de la CEE/NU sólo establecían hasta ahora recomendaciones para vehículos carreteros, como autos, motos y camiones.

La Junta Ejecutiva de la Convención, que concluyó este jueves en Ginebra su decimocuarta sesión, decidió prestar atención a otras fuentes de emisiones, como tractores, equipos de construcción, barcos, aviones y también cortadoras de césped.

El organismo realizó consultas con la Organización Internacional de Aviación Civil y con la Organización Marítima Internacional.

La contaminación originada en esas dos fuentes móviles contribuye a la acidificación, a la formación de ozono troposférico y a otros problemas ambientales y sanitarios.

En la región abarcada por la CEE/NU, las emisiones de vehículos no carreteros representan entre 10 y 20 por ciento del total de emisiones de NOx. Los grandes responsables son los motores Diesel.

Pero en la actualidad es técnicamente posible reducir las emisiones de los motores Diesel a costos razonables.

Algunas de las opciones son: mejor diseño de la cámara de combustión, recirculación de los gases de escape, operación electrónica de los motores y mejores sistemas de inyección.

Las estimaciones indican que para un recorrido de 500 kilómetros, la emisión de CO2 por pasajero/kilómetro (pkm) es inferior en autobuses (22 g/pkm) y la más alta en aviones (146 g/pkm).

Los trenes de alta velocidad despiden 48 g/pkm y los automóviles privados 86 g/pkm.

Los autobuses y los aviones son los principales emisores de NOx (479 mg/pkm y 440 mg/pkm). Autos y trenes emiten mucho menos NOx, entre 145 y 279 mg/pkm y 87 mg/pkm.

En promedio, la combustión completa de un kilogramo de combustible de aviación A1 genera alrededor de 3,16 kilogramos de CO2, 1,25 kilogramos de H20 y un gramo de SO2.

Estimaciones obtenidas del voluemn de ventas de combustibles a las compañias de aviación indican que en todo el mundo, los aviones emiten anualmente medio millón de toneladas de CO2 y unos dos millones de toneladas de NOx.

La mayoría de las emisiones de los aviones se registra en altitudes que oscilan entre nueve y 13 kilómetros. Se ha estimado que 44 por ciento del combustible es consumido en la tropopausa, el límite entre la troposfera y la estratosfera.

La aviación civil es responsable de la mayoría del aire contaminado, pero la aviación militar tambien juega un papel significativo. El efecto de la aviación liviana sólo se registra en los ámbitos locales.

La reducción de las emisiones de los aviones se puede conseguir a través de medidas técnicas como el mejoramiento de los motores, u operaciones, relacionadas con los métodos de operación del aparato.

También puede recurrirse a decisiones económicas, como impuestos ambientales u otros gravámenes que estimulen una actitud más ecológica.

La Junta Ejecutiva de la Convención propone reducir emisiones mediante la fabricación de motores menos contaminantes. Sin embargo, los motores tienen una larga vida, de casi 30 años para los motores de aviación, y en consecuencia las nuevas tecnologías penetran con lentitud. (FIN/IPS/pc/jc/en/96

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