La reducción y eliminación de sustancias dañinas a la capa de ozono en los países en vías de desarrollo pasará, como el camello por el ojo de una aguja, por un acuerdo mundial sobre el dinero disponible para hacerlo.
Costa Rica será el escenario donde países del Norte industrial y del Sur nucleados en el Grupo de los 77 (G-77) y China buscarán ese consenso.
Las negociaciones se realizarán en el marco de la Cumbre del Ozono, nombre que engloba dos reuniones específicas: la Octava Conferencia de las Partes del Protocolo de Montreal y la cuarta del Convenio de Viena, que se realizarán en San José entre los días 19 y 28.
Durante esas dos semanas, cerca de 800 delegados discutirán el tema de la nueva asignación de recursos para el fondo multilateral del Protocolo de Montreal que financia los programas nacionales de reducción y eliminación de sustancias dañinas al ozono.
De esa asignación de recursos dependerá, básicamente, que los países del Sur en desarrollo, representados por el G-77 y China, inicien en el 2000 la etapa de reducción a 50 por ciento del uso de ese tipo de sustancias y su eliminación total entre el 2005 y el 2010.
La batalla se centra contra los llamados clorofluorocarbonos (CFC), sustancias químicas a las cuales se atribe la mayor responsabilidad en el adelgazamiento de la capa de ozono.
La ozonósfera es el filtro que protege a la Tierra de los rayos solares ultravioletas, que amenazan la salud humana, las cosechas y la vida marina microscópica. En general, esta radiación atenta contra la vida en el planeta.
En 1995, según acuerdos previos adoptados por la Conferencia de las Partes, máximo órgano del Protocolo, los países del Norte eliminaron el uso de estas sustancias, pero a los del Sur se les concedió un período de gracia que termina en el 2010.
Marcos González, viceministro de Ambiente de Costa Rica, dijo a IPS que la discusión sobre el dinero para llevar a cabo esta tarea ya está planteada.
En una reunión previa se propuso una reposición de fondos por 436 millones de dólares más recursos adicionales de 60 millones para cubrir una fase más agresiva de eliminación de sustancias.
Pero la propuesta fue rechazada por el G-77 (que reúne a 132 países) y China, porque considera que el monto es muy bajo.
González indicó que el G-77 propone que se replantee el financiamiento del fondo multilateral de acuerdo a los programas nacionales de eliminación de sustancias y considerando el costo que tendrían las pequeñas y medianas empresas al eliminarlas.
Pero además, los países del Sur reclaman el financiamiento del costo de efectividad, es decir, el costo que implica sustituir una toneladada de CFC por otra sustancia, así como la reconversión industrial y el costo de transferencia de tecnología.
?Qué pasará si no se ponen de acuerdo?. Que no habrá dinero suficiente para una tarea considerada de máxima prioridad: evitar que el agujero de la capa de ozono siga creciendo y se agudicen los problemas de cambio climático en el planeta.
González dijo, en entrevista con IPS, que la reposición de fondos que se acuerde en San José tendrá sin duda implicaciones financieras para determinar si se congela o no el uso de los CFC a partir del 2000 en los países en vías de desarrollo.
La asignación de recursos al fondo multilateral, es decir, la cuota que aporta cada país, se hace según el sistema de la Organización de Naciones Unidas. Esto significa que las cuotas más fuertes las ponen los países más ricos.
El reaprovisionamiento de recursos para el fondo multilateral será el tema más importante de la Cumbre -que terminará con una reunión ministerial de tres días-, pero no el único.
En materia agrícola, las delegaciones oficiales conocerán un primer informe sobre el daño que el bromuro de metilo provoca a la ozonósfera y se discutirá la posibilidad de reducir su empleo hasta la total eliminación.
Esta sustancia se usa como nematicida de amplio espectro y es muy efectivo en productos que requieren almacenamiento y transporte, en la fumigación y prevención de plagas en granos.
Aunque no es un CFC, es un derivado del bromo muy dañino porque destruye las moléculas de ozono. El problema más grave es que no se ha encontrado un sustituto único sino que deben utilizarse varios, lo cual encarece la actividad.
Es una sustancia de uso controlado y en estas reuniones se conocerá un informe técnico sobre los riesgos que representa, la extensión de su uso y las posibilidades de eliminarlo.
De la misma forma se procederá con un informe técnico que recomienda elaborar un calendario de disminución y eliminación de sustancias que se utilizan en medicina, como inhaladores y dilatadores broncopulmonares que utilizan CFC.
Pero con estos productos no hay problema porque ya están siendo sustituidos los CFC que contienen.
A la Cumbre del Ozono asistirán 157 ministros de Ambiente, organizaciones no gubernamentales y representantes de aproximadamente 300 empresas que se encargan de desarrollar tecnologías ambientalmente sanas.
El Convenio de Viena fue acordado en 1985, tan solo cinco años después de que se descubriera el agujero de ozono en la Antártida, y el Protocolo de Montreal data de 1987. (FIN/IPS/mso/jc/en/96)
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