AMBIENTE: El hidrógeno, combustible del siglo XXI

El hidrógeno es considerado la respuesta casi perfecta al problema de satisfacer las necesidades mundiales de combustible sin dañar el medio ambiente, ya que al quemarse sólo produce vapor de agua.

Hasta ahora, su costo de producción era limitante. El hidrógeno en general se produce dividiendo moléculas de agua, sobre todo mediante electrólisis, pero el método es caro y requiere energía.

Pero científicos estadounidenses y británicos encontraron la forma de producir combustible de hidrógeno a partir de glucosa. El proceso utiliza enzimas obtenidas de bacterias recientemente descubiertas, que viven en las profundidades del mar, cerca de focos volcánicos.

Estas enzimas convierten glucosa en hidrógeno y agua. El proyecto es idea de Jonathan Woodward, del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en Tennessee, Estados Unidos, administrado por la Corporación de Investigación de Energía Lockheed Martin para el Departamento de Energía de Estados Unidos.

Tras haber tenido éxito en la producción de hidrógeno en laboratorio utilizando este método, el científico solicitó al Departamento de Energía un préstamo para la construcción de instalaciones semiindustriales.

El experimento utilizó glucosa, sustancia simple compuesta de hidrógeno, oxígeno y carbón, la cual fue oxidada con enzimas para producir hidrógeno molecular. Una de la enzimas, la hidrogenasa de glucosa, toma átomos de hidrógenos de la glucosa y los transfiere a un transportador.

Una segunda encima toma el hidrógeno del transportador para producir gas hidrógeno. El sistema produce una molécula de hidrógeno por cada molécula de glucosa.

El éxito del nuevo proceso radica en las enzimas especiales, obtenidas de bacterias que viven en condiciones extremas, llamadas organismos extremofílicos, que obtienen energía de sustancias químicas, no del sol.

Esta parte del trabajo fue obra de Michael Danson y sus colegas del Centro de Investigación Extremofílica de la Universidad de Bath en Gran Bretaña.

Para la producción industrial a gran escala, el proceso utilizaría almíbar de maíz, un producto barato que sólo cuesta ocho centavos de dólar la libra. Otras fuentes posibles de glucosa son almidón, lactosa o simplemente celulosa, todos baratos y disponibles.

Danson dijo que el proceso usaría incluso pasta de papel como materia prima. Unos 16.000 millones de pasta de papel se desperdician cada año solamente en Estados Unidos.

El hidrógeno puede ser fuente de energía para varios fines, incluso el transporte.

La empresa Ballard Power Systems, con sede en Vancouver, diseñó y construyó células de combustible alimentadas por hidrógeno que llevaron a experimentar con vehículos de la alemana Daimler-Benz, la estadounidense General Motors y la japonesa Honda Motor Company.

La amenaza al medio ambiente procedente de la incapacidad de desarrollar y explotar combustibles limpios está bien documentada. El año pasado, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) predijo un aumento de la temperatura del planeta de 3,6 grados Farenheit en los próximos cien años.

El aumento representa la más rápida tendencia al calentamiento en los últimos 10.000 años, producida por la quema de combustibles fósiles como petróleo y carbón.

Hacia fines del siglo XXI, según predice el IPCC, el derretimiento de los glaciares y la expansión térmica del oceáno producirá un aumento del nivel del mar de entre 0,5 y 1,0 metros, desatando un desajuste meteorológico y una inundación planetaria.

La autoridad de Tránsito de Chicago ya opera tres autobuses alimentados con hidrógeno, y en Vancouver funcionan desde 1993.

Un nuevo vehículo en experimentación puede llevar hasta 75 pasajeros durante 560 kilómetros sin recargar combustible. Pero actualmente cuestan cuatro veces el precio de un autobús que funciona con gasoil, mientras el hidrógeno como combustible cuesta 20 veces más que la gasolina.

Los científicos estudian el abastecimiento de hidrógeno a través de ductos de gas natural. Nuevos diseños para el almacenamiento de hidrógeno incluyen tanques que pueden retenerlo como hidruros.

Daimler-Benz AG presentó su vehículo alimentado a hidrógeno en mayo, pero la dificultad estriba en que el nuevo combustible utiliza metanol, un derivado del gas natural que mediante un conversor se pasa al vehículo como hidrógeno, produciendo dióxido de carbono como subproducto.

Los procesos de Woodward también generan un subproducto, el gluconato o ácido glucónico, el cual es comunmente utilizado por las industrias farmacéutica, de procesamiento de alimentos y metales. Pero esto sólo hace el método económicamente más atractivo, indicaron los científicos.

"Potencialmente, podemos tomar una biomasa renovable o papel de desecho para hacer un combustible completamente limpio", dijo Danson, y añadió que "es más barato y simple que dividir el agua para obtener hidrógeno, y es 100 por ciento eficiente, porque las enzimas son 100 por ciento específicas". (FIN/IPS/jmp/rj/lp/en/96

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