ALIMENTACION: Temen control agrícola de transnacionales en India

India, que posee más de un tercio de la población desnutrida del mundo, parece lista a permitir el pasaje de su agricultura a las grandes compañías con la esperanza que realicen una revolución en esta nación típicamente rural.

El anuncio del primer ministro H.D. Deve Gowda en una reunión económica internacional, que su gobierno está preparando una nueva política agrícola es visto como una clara señal que la apertura del sector rural es inminente.

A pesar de que el ministro de Agricultura, Chaturanan Mishra, negó que su gobierno estuviera considerando la instalación de granjas corporativas, Gowda dijo a la Cumbre Económica de India que se necesita más inversión privada para los pequeños agricultores.

El gobierno de Gowda, una coalición de centro-izquierda, es conocido por su ambiguedad en cuestiones económicas, pero muchos analistas políticos dijeron que el aval del primer ministro a políticas de libre mercado hace solo una cuestión de tiempo que las empresas privadas pueden intervenir en el sector rural.

Gowda explicó que la nueva política agrícola estará en consonancia con aquella adoptada por el estado meridional de Karnataka.

La política agrícola de Karnataka, anunciada el año pasado cuando Gowda fue jefe del gobierno estatal, es conocida por su controvertida legislación sobre posesión de la tierra para facilitar los negocios. Karnataka permitió a empresarios de adquirir vastos terrenos, una práctica permitida solo a otro estado, Maharashtra.

Las corporaciones indias están clamando por leyes más flexibles sobre propiedad de la tierra, un tema políticamente sensible en una nación donde siete de cada 10 personas vive en aldeas. La mayoría son granjeros marginales que apenas producen para subsistir.

Un influyente sector de expertos en alimentación y activistas piensan que las granjas corporativas son una receta segura para agudizar el hambre, porque colocará a esta nación surasiática de bajos ingresos en manos de pocos gigantes de los negocios agrícolas, que aumentarán los costos de las exportaciones de cereales.

Abriendo la puerta a transnacionales agrícolas, el gobierno convertirá a las granjas indias en empresas productoras destinadas a los mercados mundiales, y significará el fin del subsidio oficial a la red nacional de distribución de alimentos, opinaron los críticos.

"Lo que provoca enorme preocupación es que cambiará todo el perfil rural del país", apuntó Suman Sahai, de la Campaña Gene, que ha estado a la vanguardia de la protesta global de los activistas contra el patentamiento de formas de subsistencia.

"Las posibilidades hacen que el tipo de gente que desea dejar la tierra esté constituído por pequeños agricultores", opinó Sahai. Según cálculos oficiales, alrededor de dos millones de agricultores pequeños y marginales se quedarán anualmente sin sus tierras.

"Se crearán monopolios en gran escala tanto para la producción de semillas como el manejo de las granjas", añadió.

En la actualidad, la estatal Corporación de Semillas es responsable por el grueso de la producción de simientes. Decenas de millones de pequeños campesinos tambien apartan cada año una parte de los cultivos para sembrar en la temporada siguiente.

El investigador agrícola Vandana Shiva comparte los temores de Sahai. La irrupción de los grandes capitales en la agricultura significará "un pasaje de una economía alimentaria basada en millones de agricultores, que son productores autónomos, a un sistema de alimentos controlado por un puñado de transnacionales".

Esas transnacionales manejarán la producción y los ingresos y empeorarán la seguridad alimentaria, apuntó en un artículo titulado "Corporatización de la Agricultura en India", que fue publicado por "Bija" (Simiente, en hindi), de la Fundación de Estudios para Ciencias Tecnológicas y Política de Recursos Naturales.

Algunas de las mayores compañías agroalimentarias del mundo están deseando hacer negocios en India. Firmas como Dupont, Cargill, Monsanto y McCain prometen enormes aumentos de producción en las granjas indias mediante el uso de nuevas plantas híbridas que, según afirman, no dependen de pesticidas dañinos.

Monsanto desea vender su popular herbicida "Roundup" y sus nuevas semillas de maíz, soja, algodón y patatas. La compañía asegura que los campesinos que cultiven esos rubros pueden emplear el "Roundup" porque es un pesticida ecológico.

Sin embargo, hay una trampa en esto. Si se compran las semillas de Monsanto, tambien se debe adquirir el herbicida Roundup", apuntó Sahai. Afirmó que los campesinos no tendrán otro remedio que comprar simientas a un solo proveedor una vez que las transnacionales obtengan permiso de vender semillas híbridas.

Debido a ese factor preocupante, el gobierno negó autorización a Cargill para ofrecer un servicio único a los granjeros mediante ventas de semillas, fertilizantes y pesticidas de sus centros de distribución.

Aquellos alarmados por la apertura del sector agrícola dijeron que las transnacionales no se preocuparán de crear estructuras alimentarias nacionales al alcance de la población.

"Las empresas apuntarán a producir y vender cosechas rentables y productos básicos baratos, sin brindar seguridades alimentarias", predijo Sahai.

Las transnacionales de agroalimentación no tienen el menor interés en cultivar cereales. El investigador Davinder Shara señaló que una compañía como Cargill, uno de los mayores comerciantes mundiales de trigo, pretende emplear las granjas de un país COMO India para cultivos intensivos con fines de exportación.

Esa dependencia en la importación de granos aumentará el precio de los alimentos en India y, con los campesinos orientados a cultivos rentables, las cosechas cerealeras declinarán afectando la red gubernamental de comercios subsidiados que venden a los pobres, arguyó Sharma. (FIN/IPS/tra-en/mu/an/ego/if).

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