El director del departamento de Cooperación al Desarrolo de Italia, Paolo Bruni, dijo que la tarea de la comunidad internacional luego de la Cumbre Mundial de la Alimentación será reflexionar sobre cómo dar coherencia a los mensajes surgidos de las grandes conferencias de este decenio.
Bruni consideró que la Cumbre, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que termina este domingo, fue positiva.
A su juicio, dos son las razones principales de su éxito: en primer lugar, fue la primera conferencia a la que se llegó con un compromiso previo de los Estados participantes, "aunque hubiéramos preferido uno más fuerte".
En segundo lugar, agregó, porque los gobiernos se comprometieron durante la Cumbre a alcanzar los objetivos propuestos, que calificó de razonables.
Los cerca de 200 países, casi la mitad representados por sus jefes de Estado y de gobierno, declararon el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y con el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre.
Se comprometieron además a conseguir la seguridad alimentaria para todos y a realizar un esfuerzo constante para erradicar el hambre de todos los países, con el objetivo inmediato de reducir el número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual a mas tardar en el 2015.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 840 millones de personas, en particular de los países del Sur en desarrollo, no disponen de alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades nutricionales básicas.
Otro de los aspectos positivos destacados por Bruni, en una entrevista con IPS, fue la reactivación del papel preponderante de la FAO en los problemas de la seguridad alimentaria.
Sostuvo que Italia está de acuerdo en la disminución del pago de la deuda externa, como lo planteó el Papa en la inauguración de la Cumbre.
"No se puede pensar, incluso en términos de seguridad alimentaria, que un país al que el pago de la deuda le absorbe la mitad de sus exportaciones, pueda hacer frente a los problemas de desarrollo", dijo Bruni.
Subrayó que Italia fue el primer país que ha comenzado a trabajar en "la post Cumbre" incluso antes que ésta iniciara.
Fuimos los primeros "en comprometernos con la FAO con proyectos de seguridad alimentaria en los países de más bajos ingresos y con problemas de producción y de seguridad alimentaria".
Destacó que de la Cumbre surgió un mensaje de realismo y de esperanza, y afirmó que ahora es fundamental un gran esfuerzo de los mismos países del Sur y de la comunidad internacional.
Deben "concentrar sus propios recursos para atacar el nudo central del subdesarrollo: la educación, la seguridad alimentaria, el papel de la mujer en la sociedad, el crecimiento civil y humano".
El funcionario precisó que aunque Africa constituye la primera prioridad para Italia, se mantendrán los intensos contactos que se han establecido con América Latina, que no se pueden poner en discusión.
Precisó sin embargo que las relaciones con América Latina se sitúan en un plano muy distinto al de Africa.
"Por suerte, en los últimos años, grandes países latinoamericanos han dado pasos gigantescos en el camino del desarrollo económico, con lo cual se han reducido sus áreas de pobreza".
En el futuro, dijo Bruni, la cooperación deberá trabajar mucho más con los organismos regionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, y se mantendrá la cooperación económica, que ha dado lugar a numerosas inversiones en los últimos años, sobre todo en el área del Mercosur.
La nueva cooperación que impulsará Italia reforzará la formación, tanto técnica como universitaria, y dará prioridad a los programas de desarrollo, en el plano bilateral y multilateral, manifestó.
Señaló que Italia incrementará además los recursos destinados a la cooperación, como señaló el ministro de Relaciones Exteriores, Lamberto Dini.
Advirtió que no será un progreso rápido, "pero la decisión política está tomada en esa dirección".
Manifestó que las organizaciones no gubernamentales (ONG) son un instrumento central de toda política de desarrollo, el motor para movilizar a las poblaciones del Sur como las del Norte.
Para llegar a la conciencia social de la gente, es necesario un intermediario, que no pueden ser los gobiernos. "Si queremos obtener una movilización, en el Sur y en el Norte, único elemento que puede garantizar este proceso de desarrollo, debemos tener como correas de transmisión a las ONG", concluyó. (FIN/IPS/jp/jc/ip-dv/96