En la víspera de la Cumbre Mundial de Alimentación, el Banco Mundial fue acusado por 100 organizaciones de todo el mundo de abandonar su política de pesticidas y gestión de pestes a favor de una serie de normas laxas y potencialmente devastadoras.
Los grupos ambientalistas, de consumidores y de desarrollo hicieron un llamado a la institución financiera para que reinstaure su política anterior hasta formular un plan actualizado, práctico y vinculante, en una protesta previa a la inauguración de la cumbre, este miércoles en Roma.
La vieja política, según una declaración de los grupos, "daba instrucciones específicas al personal del Banco sobre la forma de minimizar el uso de pesticidas y promover un enfoque ecológicamente sostenible conocido como Gestión Integrada de Pestes.
Bajo este enfoque, los insectos predadores son utilizados para que coman los insectos que dañan los cultivos. Los agricultores reciben educación sobre ecología y toman el liderazgo en el desarrollo de métodos apropiados de control de pestes que combinan la tradición y la ciencia moderna.
Pero en julio el Banco Mundial reemplazó la política con una que "adopta una posición más débil sobre la evaluación ambiental de los pesticidas, añadiendo una frase que permite que sean considerados seguros si pasaron por una evaluación preexistente", dijo a IPS Mimi Kleiner, analista del Fondo de Defensa Ambiental (EDF).
Esta disposición, indicó Kleiner, no tiene en cuenta las condiciones en el terreno, sobre la forma en que se aplican los pesticidas y otras, las cuales determinan si los productos químicos son peligrosos o no para las comunidades vecinas.
Los pesticidas causan en el planeta más de tres millones de envenenamientos severos y 220.000 muertes al año, dijo Marcia Ishii-Eiteman, coordinadora del centro Red de Acción de Pesticidas de América dle Norte, citando cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante la cumbre de Roma, que se prolongará hasta el 17 de noviembre, el vicepresidente del Banco Mundial de Desarrollo Ambientalmente Sostenible, Ismail Serageldin, promoverá el compromiso de la institución con el desarrollo rural. Pero, según los grupos, la nueva política de pesticidas contradice esa meta.
El Banco convirtió su vieja política de pesticidas en la nueva Política Operacional 4.09 bajo una iniciativa que según autoridades está diseñada para simplificar las leyes internas de la institución.
El problema, señalan analistas y funcionarios del Banco, es que las nuevas reglas no son vinculantes, y ya no aparecen como disposiciones mandatorias a ser cumplidas por el personal, sino en las guías de "buenas prácticas" que los funcionarios no deben seguir obligatoriamente.
Autoridades del Banco Mundial señalan que, además de la lista de "buenas prácticas", la política operativa será acompañada de un documento sobre "Procedimientos del Banco" que presenta una guía concreta para el personal. Ante la ausencia de ese documento, afirman, las críticas de la política son prematuras.
Destacando que el documento de procedimientos ya tiene tres meses de atraso, los grupos alegan que las nuevas directivas son la única política mandatoria del Banco sobre el tema.
La política es más débil que otros compromisos internacionales previos, incluyendo el marco conceptual del Fondo Mundial Integrado de Gestión de Pestes, del cual el Banco Mundial es auspiciante, alegan los grupos, el plan adoptado por la Cumbre de la Tierra de 1992 y directivas de países industrializados de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). (FIN/IPS/tra-en/aa/yjc/lp/en-dv/96