ALIMENTACION: Advierten sobre "apartheid científico"

El patentado de recursos genéticos podría causar "un apartheid científico" y poner en riesgo la seguridad alimentaria, advirtió el Consultative Group on International Agricultural Research (CGIAR).

Pero la capacidad del CGIAR para resistir la tendencia a la privatización de la ciencia e impulsar reformas políticas para evitar el hambre aún está por comprobarse, de acuerdo con integrantes de ese instituto.

La investigación agrícola está amenaza por la posible eliminación del actual régimen internacional, señaló el presidente del CGIAR, Ismail Serageldin.

Bajo las nuevas circunstancias, "probablemente no habrá el flujo de información y germoplasma que conocemos hasta ahora", advirtió Serageldin, también vicepresidente de Desarrollo Ambientalmente Sostenible en el Banco Mundial, uno de los patrocinadores del CGIAR.

Tras destacar "un marcado incremento de patentes de procesos y productos" y señales de que los gobernantes defienden con más firmeza sus derechos sobre los recursos genéticos, Serageldin dijo que "eso podría causar un apartheid científico".

"El mundo en desarrollo, que alberga 80 por ciento de la humanidad", podría enfrentarse entonces a "una creciente marginalización de los progresos de la ciencia moderna", agregó.

El CGIAR celebró la semana última su 25 aniversario y realizó su primer foro mundial de científicos, funcionarios, agricultores, organizaciones no gubernamentales (ONG) y corporaciones privadas en la sede del Banco Mundial, en Washington.

El grupo clausuró el fin de semana su reunión anual en Washington lanzando "un sistema mundial de investigación agrícola basado en un marco común de investigación y cooperación" en base a un presupuesto conjunto de 325 millones de dólares para el próximo año, frente a 300 millones en 1996.

La declaración adoptada en el foro mundial compromete a los signatarios a "trabajar conjuntamente con los agricultores, incluyendo mujeres y comunidades indígenas, y aprovechar el conocimiento de éstos en el desarrollo de la agricultura sostenible y la administración de recursos naturales".

Pero la verdadera prueba para el grupo consistirá en su capacidad de presionar a los gobiernos y a corporaciones privadas, con los cuales trabaja, para compensar adecuadamente a los agricultores tradicionales y pueblos indígenas que han preservado la diversidad de especies vegetales locales.

Así mismo, el naciente foro mundial de investigadores, gobernantes, corporaciones y grupos de ciudadanos podría exhortar a las corporaciones a no ejercer sus derechos de patente en países pobres y a permitir su uso a bajo o ningún costo para combatir la pobreza en esas naciones.

Los científicos del grupo podrían ayudar a los agricultores pobres y promover la competencia de mercado concentrándose en especies en desarrollo que se reproducen por polinización abierta y por lo tanto están al alcance de los granjeros sin recursos, en lugar de desarrollar híbridos, que son patentados y luego vendidos.

La capacidad de CGIAR para modelar el mercado está restringida porque los científicos trabajan generalmente con "cultivos huérfanos" que no son demasiado redituables y por lo tanto no concitan interés, destacó Serageldin.

El grupo también podría utilizar sus vínculos con gobiernos e instituciones financieras como el Banco Mundial para adoptar políticas relacionadas con la agricultura, sugirieron las ONG.

"Para reducir el hambre y la pobreza, es necesario atacar sus verdaderas causas y las políticas que las promueven", dice una declaración distribuida en el foro por el Instituto para Políticas de Alimentación y Desarrollo, también conocido como "Food First".

La ONG condenó el envío de alimentos y anticonceptivos a las personas desplazadas a zonas áridas inadecuadas para el cultivo, "cuando lo que necesitan es la redistribución de tierra apta para la agricultura".

Además, "la apertura económica de países pobres a las importaciones desplaza a los productores locales, creando hambre y desempleo", según Food First.

"El simple aumento del cultivo de alimentos no elimina el hambre", afirma la organización en su declaración.

Los patrocinadores de CGIAR comparten esta opinión. "En los últimos 25 años tuvimos los precios de alimentos más bajos jamás registrados y sin embargo hay 800 millones de personas que padecen hambre", señaló Hans Binswanger, asesor del Banco Mundial sobre recursos agrícolas y naturales.

"La resolución del problema de la seguridad alimentaria a largo plazo no resolverá el problema del hambre", que se basa principalmente en el tema de la distribución, declaró Binswanger al periódico Financial Times.

CGIAR mantiene 16 centros internacionales de investigación agrícola y es financiado por el Banco Mundial, la FAO, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Sudáfrica fue admitida como el miembro número 53 en el último encuentro. (FIN/IPS/tra- en/aa/yjc/ff-ml/en-dv/96

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