Desde la celda de una prisión en Douala, Camerún, Pius Njawe asistió solo espiritualmlibertad de prensa que tuvo lugica.
Njawe fue encarcelado hace 10 días y condenado a seis meses de reclusión por el gobierno del presidente Paul Biya, por un artículo en el cual supuestamente "insultó" al mandatario.
El periodista envió un mensajeia y se disculpóia y se disculpó por no poder viajar a Johannesburgo.
"La celda número 18 es donde se supone que pasaré los próximos seis meses de mi vida", expresó una declaración leída de parte de Njawe, editor jefe de "Le Mesagger", un semanario independiente que constantemente tiene problemas con el gobierno de Camerún.
El caso de Njawe es uno solo en la cadena de acciones represivas llevadas a cabo por gobiernos africanos para mantener a la prensa bajo sus pulgares.
Fred M'membe, edito.
Fred M'membe, editor de "The Post", en Zambia, consiguió asistir a la reunión si bien está en libertad baeito judicial con el gobierno del presidente Frederik Chiluba.
La vida de los periodistas en Africa está salpicada con intimidaciones oficiales, bajos salarios, equipos obsoletos o inexistentes, conflictos armapesar del hecho que los países africanos tienen pocos rtad de prensa con intimidaciones físicas, querellas, y acosos de todo tipo", declaró Chris Wells, de Foro Libre, con sede en Estados Unidos, que organizó la reunión.
La conferencia, que duró dos días y se realizó en Ciudad del Cabo y Johannesburgo, se denominó "Periodistas bajo el fuego y medios De los 456 periodistas mue5 y 1995, 53 eran de Africa, según la Comisión para Proteger Periodistas (CPJ). Otras cifras independientes para el continente son más altas.
Atrapado entre dos fuegos, Judah Ngwenya, fotógrafo de Reuters, vió c, fotógrafo de Reuters, vió como dos colegas fueron muertos a balazos en los combates por el apartheid, que asolaron las ciudadelas africanas antes que el régimen blanco cayera al inicio de los años '90.
Si bien se habló mucho en el ámbito internaci en el ámbito internacional sobre una nueva oleada de democracia que recorre Africa, casi nada ha cambiado para los peeria, los periodistas viven bajo constante vigilancia del gobierno y, en Sudáfrica, mientras las presiones son menos solapadas, el presidente Nelson Mandela de vez en cuando aplica papirotazos a periodistas negros por críticas poco constructivas.
También, bajo la ley de prensa de 1995 en Uganda, cada periodista tiene que estar registrado en una agencia gubernamental. Además deben habilitación para poder trabajar, pese a que el programa de calificación de periodistas solo rige desde hace seis años.
Una serie de leyes sobre difamación, sedición y libelo vigentes en muchos países de Africa, significan que un periodista puede ir a la cárcel aunque se haya equivocado en buena fé.
Como resultado, la víctima es el lector. En Africa, máima es el lector. En Africa, más del 80 por ciento de la población no tiene acceso ni siquiera a una parteeso ni siquiera a una parte de la prensa libre local, apuntó el foro. , apuntó el foro.
A pesar de las difíciles circus periodistas, Jeanette Minnie, del Instituto Sudafricano de Libertad de Expresión, se muestra convencida que "la opresión no ha m espíri