SUDAFRICA: Cae el desempleo pero subsisten pobreza y desigualdad

Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) redimensionó hoy los índices de desempleo en Sudáfrica, que figuraban hasta ahora entre los más altos del mundo.

Aunque "alcanza proporciones considerables" la tasa efectiva de desempleo en Sudáfrica podría ser hasta un tercio más baja que las cifras conocidas habitualmente como válidas.

En contraste, el país austral afronta dos problemas graves, la pobreza y las desigualdades, "a cuya solución hay que dedicar por lo menos tanto empeño como al combate contra el desempleo", recomendó una investigación realizada por la OIT.

Las mujeres y la juventud negra, principalmente de las regiones rurales, soportan el peso de la pobreza, la inequidad social y el desempleo.

El índice de desempleo citado frecuentemente de 33 por ciento "es sin duda una exageración". Veinte por ciento "es una tasa probablemente más realista", dictaminó el economista Guy Standing, coordinador del estudio efectuado por la OIT.

Un borrador del trabajo de la OIT había sido entregado en junio al gobierno del presidente Nelson Mandela. La versión final del estudio fue presentada este lunes en un libro que lleva la firma de Standing, John Sender y John Weeks.

La obra recomienda a las autoridades sudafricanas que terminen con la desigualdad de los ingresos, reduzcan el desempleo e infundan nuevo impulso a la productividad industrial para de esa forma garantizar crecimiento económico y estabilidad social.

Standing advirtió que la exageración de las tasas de desocupación puede favorecer la adopción de medidas de regulación del mercado de trabajo centradas exclusivamente en la reducción del desempleo, que acentuarían la pobreza y la desigualdad de los ingresos.

El estudio corrobora que muchos de los habitantes más pobres de Sudáfrica tienen teóricamente un empleo, afirmó Standing a los periodistas.

Pero al mismo tiempo, el libro demuestra que una redistribución racional del ingreso es el elemento clave para dejar atrás las secuelas políticas, sociales y económicas del apartheid.

La incertidumbre acerca de la magnitud del desempleo en Sudáfrica obedeció a la utilización de métodos y datos estadísticos inadecuados e incluso obsoletos.

La mayor parte de las cifras provienen de censos y encuestas de hogares efectuados antes de 1995 y probablemente "se haya pasado por alto informaciones" económicas y sociales en razón de los criterios aplicados por el régimen segregacionista en el poder.

El estudio llega a la conclusión de que la distribución del ingreso en Sudáfrica "sigue siendo una de las más desiguales del mundo".

La pobreza y la desigualdad están relacionadas con cuatro características: la raza, el sexo, y la región del país y el vecindario en que se habite, comprobó el estudio de la OIT.

Los sudafricanos con mejor situación económica siguen siendo las personas de raza blanca, domiciliadas en las ciudades. Por lo general, los más pobres son personas de raza negra, habitantes de zonas rurales, consignó la obra.

Sin embargo, en los últimos años, las desigualdades interraciales se han estabilizado mientras han ido acrecentándose las desigualdades en los propios grupos raciales.

La investigación estableció que las mujeres habitantes de áreas rurales constituyen uno de los grupos más vulnerables entre los trabajadores pobres.

El mejoramiento de las condiciones de la mujer africana, en especial la que vive en las zonas rurales, beneficiará -dijo- a la sociedad sudafricana mediante la disminución de la pobreza y la desigualdad y el fortalecimiento del desarrollo humano.

El trabajo de las mujeres en la economía rural fue subestimado por las estadísticas oficiales y corresponden a las mujeres las formas más pesadas de las relaciones laborales.

La reforma agraria ha sido una propuesta política que alcanzo popularidad en un medio donde se evidencia la necesidad de redistribución de la tierra entre campesinos negros y minifundistas, incluidas las mujeres, indicó la OIT.

Standing apuntó que Sudáfrica es uno de los países del mundo con mayor grado de flexibilidad laboral. Una de las causas de esa característica es la debilidad de los sindicatos sudafricanos, dijo.

En Sudáfrica existe una mano de obra con productividad relativamente baja comparada con los valores internacionales, debido a estructuras de gestión y de administración anticuadas y no necesariamente al pago de salarios elevados, observó el informe.

Un factor determinante de la baja productividad es el alto costo laboral no salarial. La jornada semanal de trabajo en Sudáfrica es prolongada con relación a otros países -más de 48 horas semanales- y la mayoría de las empresas funcionan con un sólo turno.

El estudio recomendó la reducción de la jornada de trabajo y el incremento de la práctica del trabajo en turnos, que deberían fomentarse con el ofrecimiento de mejores primas por horas extraordinarias y sin recurrir a reglamentaciones.

La OIT previno que los males del mercado laboral sudafricano, la pobreza, el desempleo, la desigualdad y la ineficiencia, están todos vinculados y no pueden ser afrontados eficazmente mediante el empleo de métodos antidemocráticos. (FIN/IPS/pc/ff/lb/96

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