Miles de australianos ansiosos fueron en busca de la serenidad que prometieron los organizadores de la Convención Mundial de Yoga celebrada en Sidney este mes.
"Lentamente, pero con seguridad, el yoga se convierte en parte de la vida cotidiana de Occidente", dijo Brahmavidyananda Sarasvati, director del "ashram" (comunidad) Satyananda Yoga de Miami, Estados Unidos.
Profesor de yoga nacido en India, Sarasvati dio clases en escuelas, universidades, lugares de trabajo y hasta cárceles de Estados Unidos durante los últimos 26 años.
"La terapia yoga puede ayudar a equilibrar el cuerpo, el alma y las emociones. En ese sentido, el yoga va en camino de ser más popular en Occidente que en Oriente", dijo el experto a IPS.
"Los occidentales tienen muchas tensiones, muchos problemas emocionales y mentales. El yoga es una ciencia que los ayuda a recuperar la salud en el día a día", agregó Sarasvati.
La convención de cuatro días reunió a 2.000 personas. cada jornada. Apenas un puñado de los asistentes procedían de India. La gran mayoría eran australianos, estadounidenses y europeos de clases media y media alta.
La convención fue organizada por el Movimiento Yoga Internacional, organización fundada por el maestro indio Paramahamsa Satyananda hace 40 años.
Ocho ashrams australianos integran la red mundial de la vertiente del yoga de Satyananda. Esta federación también posee la Universidad de Ciencia Yogi en Bihar, India.
El yoga es una ciencia de origen indio que se remonta a más de 3.000 años atrás. A veces descrita como un conjunto de normas destinadas a "controlar las ondas mentales", la disciplina se ubica en la raíz de la cultura y la religión hindú.
Pero los practicantes contemporáneos, en particular los de Occidente, pertenecen a diversos orígenes religiosos. En Australia, por ejemplo, es notorio que pastores cristianos practican terapias y técnicas de relajación propios del yoga.
"En la década del 60, muchos suponían que el yoga consistía en pararse de cabeza o introducirse agujas en el cuerpo. Pensaban que se trataba de una religión", dijo Roma Blair, la introductora de esta ciencia en la sociedad australiana.
Durante 14 años, Blair fue la conductora de un programa diario en una emisora comercial de televisión titulado "Relájese con Roma".
"Entonces, los profesores en las escuelas y los monjes afirmaban que no se debía practicar yoga. Pero ahora lo hacen todo tipo de escuelas. Las monjas, los presos y los estudiantes practican yoga. Todos saben que no es una religión", explicó.
"El deseo de practicar yoga es muy fuerte en la cultura australiana actual, pero se requiere motivación e inspiración para hacerlo. Las prioridades materialistas impiden que muchos lo practiquen", dijo Swami Nityabodhnanda, un australiano que dirige ashrams en Sidney desde hace 12 años.
Nityabodhnanda sostuvo que el yoga no es una manía oriental dirigida a la gente que aspira a escapar de la carrera de ratas que es la vida moderna. Muchas empresas, incluso, lo incorporaron a sus prácticas.
"Un montón de profesores de yoga van de traje y corbata a dar clases de yoga a las compañías", agregó.
Durante la convención de este mes, varios médicos explicaron técnicas de yoga adaptadas al tratamiento de pacientes con virus de inmunodeficiencia humana (VIH), esclerosis múltiple o cáncer.
La medicina moderna está reconociendo lentamente que la salud de la mente es tan importante como la del cuerpo en el proceso de cura de la mayor parte de las enfermedades.
"La sociedad demanda un abanico más amplio de terapias, además de las tradicionales. La industria de la medicina alternativa se agiganta", dijo el médico australiano Swami Shankardevananda, profesor de la universidad de Bihar.
Shankardevananda dirige un centro de medicina holística y yoga en Sydney, donde trabajan otros cuatro médicos y 10 expertos en terapias naturales. En el centro del edificio del instituto hay un cuarto para practicar yoga donde, además, se brindan cursos.
"Recomendamos otros especialistas cuando se requiere otro tipo de tratamiento", explicó Shankardevananda. Muchos de los pacientes que visitan el centro pretenden no ingerir drogas ni someterse a cirugía a menos que sea absolutamente necesario.
"Los médicos admiten que algunas terapias complementarias son útiles, pero no todas. A veces se requieren antibióticos o cirujía. Si alguien tiene un tumor, yo recomiendo que lo operen", agregó el experto.
Las terapias de yoga son útiles en el tratamiento de las enfermedades del corazón, el asma o la hipertensión arterial, especialmente en fases crónicas más que en las agudas.
La británica Swami Prayamurti explicó a la convención cómo aplicaba el yoga nidra (técnica de relajación profunda) en el tratamiento del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). "Tanto en caso de sida como en el cáncer, la visualización es un elemento esencial en la autocuración", dijo.
"También empleamos 'parejas de opuestos' para explorar el origen del dolor, la furia y el miedo, que son poderosos bloqueadores, en especial en caso de sida", agregó Prayamurti.
Los médicos tradicionales derivan cada vez más a sus pacientes a expertos en yoga, pero el seguro de salud del gobierno de Australia no reconoce esos tratamientos. El enfermo debe pagar el costo.
El doctor Shankardavananda, quien tiene un pie en la medicina tradicional y otro en el yoga, afirma que prestará un servicio a la sociedad si su profesión puede contribuir a acabar con los malos hábitos.
"El yoga es más saludable, más productivo, más feliz y más creativo. Y también es bueno para los negocios y para el producto interno bruto", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/ks/mj/he cr/96