Lejos de Moscú y sus dramáticos sucesos políticos, el parlamento regional de Tiumén, en el extremo norte de Rusia, comenzó a discutir la postergación de los comicios regionales, en un debate que podría tener un efecto igualmente importante sobre la Federación Rusa.
El parlamento de Tiumén se reunió para considerar la postergación de la elección de un gobernador regional del 27 de octubre a alguna fecha de diciembre.
Si esto se concreta, habrá más tiempo para alcanzar un acuerdo que impida una división de la región en tres partes. La partición tendría consecuencias de gran alcance sobre numerosas repúblicas autónomas, territorios, áreas, distritos y municipios que constituyen la Federación Rusa.
Tiumén es la región autónoma más rica del país, y su producción industrial, incluyendo petróleo y gas, es 150 por ciento superior a la de Moscú y sus alrededores.
La región se extiende desde los Montes Urales en el oeste hasta el curso más bajo del río Yenissei en el este, y desde el mar de Kara en el norte hasta la frontera con Kazajistán en el sur. Incluye la mayor parte de la llanura siberiana occidental, regada por los ríos Ob e Irtysh.
Tiumén incluye dos áreas autónomas ("okrugs"): la escasamente poblada Khanty-Mansi y Yamal-Nenets, responsables ante el centro administrativo regional, ubicado en el sur y llamado también Tiumén.
La ciudad de Tiumén, situada sobre la vía férrea transiberiana, posee una industria y una infraestructura bastante desarrolladas, pero la materia prima necesaria para su desarrollo y su riqueza en general proceden de las áreas autónomas del norte, con sus enormes yacimientos de petróleo y gas natural.
Si se efectuara la división, Khanty-Mansi pasaría a ser el área autónoma más rica de la Federación Rusa, Yamal-Nenets tomaría el lugar número 15, y el resto de la región autónoma, incluida la ciudad de Tiumén, pasaría al lugar 50.
Khanty-Mansi posee 53 por ciento del petróleo nacional y Yamal- Nenets 89 por ciento del gas natural, mientras el resto de Tiumén sólo cuenta con escasos recursos naturales.
Ambas áreas autónomas desean que su estatuto sea cambiado por el de región autónoma para poder tratar directamente con Moscú y no con Tiumén, y de esa forma tener un mayor control sobre sus recursos naturales.
La confrontación estalló este mes, cuando ambos "okrugs" se negaron a realizar en sus territorios la elección de un gobernador general para la región de Tiumén.
El gobernador de Yamal-Nenets, Yurii Neyelov, advirtió que sólo permitirá la elección del gobernador general en su territorio tras la firma de un acuerdo con Tiumén "que defina los ámbitos de autoridad".
La posibilidad de perder ambas áreas autónomas ha conmocionado a la capital regional.
Los aportes por recursos naturales constituyen 33 por ciento de los ingresos de la región, y si ésta se divide, esos ingresos desaparecerán y Tiumén pasará a depender del presupuesto federal, destacó Leonid Roketski, gobernador de la región autónoma de Tiumén.
Advirtió además que la división podría tener un efecto dominó. "Unos 400.000 musulmanes viven actualmente en Tiumén, y los tártaros siberianos tienen su propio parlamento, por lo tanto la secesión de Khanty-Mansi y Yamal-Nenets los induciría a reclamar sus propias áreas autónomas", dijo.
"Entonces, Khanty-Mansi podría dividirse en Khanty y Mansi como entidades independientes", prosiguió Roketski, y recordó que "ya hubo intentos de proclamación de las repúblicas Mansi y Yamal".
Además, la separación de los "okrugs" de Tiumén tendría implicaciones más amplias para toda la Federación Rusa, advirtió el gobernador, ya que sentaría un precedente de renegociación de fronteras internas que podría influir en la separación de la república de Chechenia.
"Rusia podría desintegrarse como resultado de las acciones de los políticos provinciales, y por eso creo que el Estado debe jugar un papel esencial dentro de sus áreas estratégicas vitales", concluyó Roketski. (FIN/IPS/tra-en/ai/jmp/rj/ml/ip/96