Turquía se está despertando de repente a una situación desconocida durante años. Este país, caracterizado como lugar de pasaje de drogas ilegales, sufre las consecuencias de un auge sin precedentes de consumo de heroína.
El aumento de la adicción a las drogas en Turquía fue súbito. En 1995, las autoridades registraron 18 muertes atribuibles a sobredosis de heroína. En los primeros nueve meses de 1996, los casos ascendieron a 200.
Hace apenas un año, el gobierno en Ankara afirmaba que la incidencia del consumo de drogas en el país era baja.
Un estudio entre 2.850 estudiantes de 18 centros de enseñanza realizado por el Hospital Psiquiátrico de Estambul reveló que siete por ciento de los encuestados eran consumidores frecuentes de heroína o cocaína. Otro cuatro por ciento solían aspirar solventes y seis por ciento ingerían tranquilizantes.
El aumento del número de adictos a las drogas entre los jóvenes de Turquía se explica, en parte, en el volumen del tráfico de drogas a través de territorio turco, donde numerosos laboratorios procesan la mayor parte de la heroína que se consume en Europa.
"Desafortunadamente, no existen estadísticas confiables. Pero es evidente que el número de adictos se multiplicó en los últimos años", dijo a IPS Sahika Yuksel, profesora de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Estambul.
"Lo más alarmante es que cada año baja la edad promedio de los adictos. El último que muere por sobredosis siempre es más joven que el anterior", agregó Yuksel.
La experta sostuvo que "las circunstancias son más favorables que nunca para los vendedores de drogas", pues "el empobrecimiento crece y los jóvenes no tienen fe en el futuro".
"Desafortunadamente, todas las predicciones efectuadas en 1995 se convirtieron en realidad. Las campañas en sí mismas no arreglan nada si las circunstancias se mantienen. Las escuelas están fuera de control", se lamentó Yuksel.
También se incrementó la actividad del comercio de drogas. "Turquía se convirtió en el nudo del narcotráfico mundial", dijo Tom Sackville, viceministro del Interior de Gran Bretaña, quien visitó Ankara junto a una delegación de su país para considerar el problema.
"Ochenta por ciento de la heroína que ingresa a Europa procede de Turquía. Lo mismo sucede con la mayor parte de la heroína capturada en Gran Bretaña, y existen abundantes evidencias de ello", agregó Sackville.
El funcionario explicó que "la morfina básica es procesada y convertida en heroína en laboratorios clandestinos dentro de Turquía, y desde allí se la embarca a Europa".
Fuentes policiales turcas aseguraron que Afganistán es la principal fuente de morfina básica que ingresa al país. Las amapolas cosechadas en las montañas afganas son procesadas para producir opio, que entonces es convertido en morfina.
Trasladada a Pakistán, la sustancia es embarcada desde el puerto de Karachi o a través de rutas terrestres hacia las fronteras oriental o sudeste de Turquía.
Funcionarios turcos afirman que los principales laboratorios de procesamiento de heroína se encuentran en Estambul, una ciudad de 12 millones de habitantes, y en áreas rurales de los distritos de Yalova, Silivri, Catalca, Sapanca y Sakarya.
En 1992, un barco fue hundida por sus propios tripulantes cuando se vieron rodeados por fragatas turcas. La nave, de bandera turca, llevaba una carga de 3,1 toneladas de heroína. Un año después, otra embarcación turca fue capturada por la marina de Ankara con 12 toneladas de hachís y tres de heroína.
En ambos casos, los barcos partieron del puerto pakistaní de Karachi e ingresaron al mar Mediterráneo a través del canal de Suez.
Algunas áreas del sudeste de Turquía están fuera del control de las autoridades debido al conflicto entre las guerrillas kurdas y las fuerzas del gobierno. Ese territorio es una segunda base de procesamiento de heroína, según los funcionarios.
"Las guerrillas del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) están profundamente involucradas en el narcotráfico, pues esa actividad constituye una de las principales fuentes de ingreso de la organización", aseguró el jefe de policía de Estambul, Kemal Yazicioglu.
De todos modos, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), que opera en la zona de conflicto, sostuvo que la línea divisioria entre los delincuentes y las fuerzas de seguridad no es nada clara.
"Los equipos de la policía antiinsurgente desplegados en el sureste también están involucrados en el tráfico de drogas", afirmó el portavoz del CHP, Orhan Veli Yildrim.
"Estas organizaciones subterráneas, que emplean vehículos acorazados para transportar drogas, juegan un importante papel en el narcotráfico mundial gracias a la fuerza y la autonomía de que gozan dentro de las fuerzas de seguridad", sostuvo Yildrim.
Varios grupos de policías y militares que operan en el sudeste fueron arrestados y acusados por narcotráfico, posesión ilegal de armas de fuego y secuestro.
Los funcionarios afirmaron que existen tres grandes rutas para transportar la droga hacia Europa a través de Turquía. La primera parte de Hatay, en la frontera con Siria, y se extiende hacia Adana y Estambul para ingresar a Europa por la frontera nororiental turca.
La segunda vía comienza en la frontera con Irán, prosigue hasta el puerto de Mersin, desde donde los embarques se dirigen a Estambul y de allí hacia Europa por vía marítima o terrestre. Una tercera ruta se extiende desde el sudeste de Turquía hacia el noroeste. (FIN/IPS/tra-en/nm/fn/mj/ip/96)
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