El virtual triunfo del liberal de derecha Arnoldo Alemán en las elecciones del domingo en Nicaragua abrió interrogantes sobre las consecuencias que tendría sobre el escenario regional una confrontación entre izquierda y derecha en ese país.
La polarización entre Alemán y el sandinista Daniel Ortega, que en conjunto lograron 90 por ciento de los votos emitidos, junto a la promesa del primero de ajustar cuentas con los antiguos gobernantes izquierdistas cuando asuma el poder, activó la alarma en la mayoría de los países de la región.
Las cuentas que proponía saldar Alemán durante la campaña electoral datan de 1979, cuando la triunfante junta de gobierno del Frente Sandinista de Liberacióm Nacional, presidida por Ortega, lo encarceló y le quitó propiedades por sus presuntos nexos con el derrocado dictador Anastacio Somoza.
Nicaragua fue epicentro, en la década pasada, de una de las últimas confrontaciones este-oeste en el planeta.
Estados Unidos dirigió numerosas operaciones contra el régimen sandinista, al que acusaba de "exportar" su revolución como antes lo había hecho con Cuba, mientras países como Honduras se convirtieron en base de la "contra" (los contrarrevolucionarios antisandinistas).
Todas las naciones de la región centroamericana, que enfrentaban sus propios conflictos armados internos, se vieron conmovidas por el triunfo de la revolución sandinista.
Observadores del área temen entonces que la historia se repita y Managua vuelva a ser epicentro de una confrontación a escala regional.
El analista panameño Guillermo Castro, del no gubernamental Centro de Estudios Latinoamericanos, indicó a IPS que desde el punto de vista político Nicaragua "presenta una fragilidad muy grande y sería muy difícil manejar el país si se desata una confrontación".
Sin embargo, estimó que el panorama podría variar cuando culmine el proceso de recuento de votos y tanto Alemán como Ortega se enfrenten a la realidad de tener que gobernar, el primero, y de hacer una oposición viable el segundo.
"Hay un debate electoral que luego se ha a asentar a través de la forma de organización tradicional para poder sobrevivir", señaló Castro. ambos candidatos durante la campaña proselitista.
Otros analistas, como el ex canciller de Colombia Rodrigo Pardo, estiman que la polarización entre sandinistas y liberales de derecha tiene sobre el escenario político de Nicaragua los mismos efectos que el terremoto de 1972 que destruyó Managua.
Pardo, quien actuó como observador en las elecciones del domingo último, se mostró sorprendido de que una sociedad "ansiosa de contar con un centro político se haya decantado hacia los extremos" que representan Alemán y Ortega.
Pero Castro tiene una percepción diferente sobre lo que representan actualmente Ortega y Alemán en el plano ideológico. En Nicaragua han surgido "polos de movilización de masas para impulsar proyectos de tipo conservador", estimó.
El actual Frente Sandinista y el Partido Liberal de Alemán ya no encarnan -según Castro- las mismas expresiones ideológicas que en el pasado y han pasado a configurar dos polos de raíz populista.
Los sandinistas, de acuerdo con esa tesis, representan el ala populista liberal y el Partido Liberal de Alemán al polo populista conservador a tono con las corrientes económicas y políticas predominantes en la región, indicó.
El ex presidente de Honduras Leonardo Callejas consideró que el triunfo de Alemán no representa peligro para la paz y la estabilidad de las democracias de la región.
El proyecto político del candidato liberal allanará el camino hacia una mayor prosperidad para Nicaragua y el conjunto de América Central, opinó.
"Muy pronto en Centroamérica veremos cambios favorables con el triunfo de Alemán -subrayó el ex mandatario- ya que ese país decidió entrar en una continuidad de transición democrática que no cabe duda es un paso histórico para la región".
Para el ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz Oscar Arias, lo más destacable de las elecciones del día 20 es que los nicaragüenses "han dicho no al pasado y a la guerra".
Independientemente de quien resulte triunfador, en el futuro "los gobiernos serán sustituidos en las urnas y no mediante la guerra", destacó. (FIN/IPS/sh/dg/ip/96