REFUGIADOS: Londres alojaría en carpas a solicitantes de asilo

Las tiendas de campaña de refugiados podrían convertirse en parte del paisaje de esta capital, tras la decisión de la Alta Corte la cual prohíbe que solicitantes de asilo queden sin techo en las calles de Gran Bretaña.

Una miniciudad de carpas para albergar a 70 refugiados junto a los muros de la famosa prisión de Wormwood Scrubs, es una de las medidas consideradas por las autoridades esta semana.

La posibilidad de las carpas surgió tras considerar que el costo semanal de una cama y desayuno para una persona es de 300 dólares, mientras las tiendas de campaña sólo cuestan 82 dólares incluyendo otras comidas.

Las autoridades locales intentan adaptarse a la decisión tomada por la corte el 8 de octubre, la cual las obliga a brindar los elementos "básicos de la supervivencia" a personas que soliciten refugio y hayan quedado sin dinero y sin techo debido a la nueva Ley de Asilo e Inmigración del gobierno.

Los consejos municipales de la ciudad de Londres se enfrentan a una ola de solicitudes de vivienda, tras el proceso contra tres consejos londinenses iniciado por el Consejo de Refugiados de Londres, el cual se pronunció a favor de cuatro solicitantes de estatuto de refugiado.

Muchos refugiados llegaron a Londres huyendo de la tortura y la persecución en sus países, solamente para enfrentar penurias tras su llegada. Agnes, de 24 años, lucha por sobrevivir en Gran Bretaña desde su llegada de Angola, durante el verano.

Tras dejar su país clandestinamente para escapar de la crisis civil, aún no logró averiguar si su marido está vivo o muerto. Pero su tensión aumenta con la incertidumbre sobre su futuro aquí. Aunque vive en casa de amigos, dice que "tengo mucho, mucho miedo, y no sé qué me va a suceder".

Abogados del Consejo de Refugiados presentaron cuatro casos contra tres autoridades locales de Londres por negarse a hospedar a cuatro solicitantes de asilo de Irán, China, Argelia y Rumania. El gobierno británico respaldó a las autoridades locales.

Uno de ellos, quien no puede ser nombrado, dijo que si su solicitud de asilo al consejo de Lambeth fracasa, quedará en la "indigencia total" hasta dos años, dependiendo de la resolución sobre su pedido de asilo.

"Deberé revivir el trauma que desesperadamente busqué no enfrentar nuevamente", añadió el refugiado.

La decisión de la Alta Corte, que afectará a las autoridades locales en toda Gran Bretaña, fue recibida con desmayo por tres consejos del área de Londres, los de Westminster, Lambeth y Hammersmith and Fulham, sujetos del proceso original.

Según la decisión, la Ley Nacional de Asistencia de 1948 estableció que los gobiernos locales están obligados a dar vivienda a las personas que no la tengan si el gobierno central se niega a entregar fondos.

"Toda la cuestión es una pesadilla, un exterminio. No deseamos ver a quienes buscan asilo durmiendo en las calles, pero ahora enfrentamos costos extra enormes, probablemente de varios millones al año", dijo el vocero del consejo Hammersmith and Fulham Philip Kendrew.

Los tres consejos declararon que apelarán la decisión, y también lo hará el Departamento de Salud, el cual sienta las bases de la legislación para las autoridades locales.

"No tenemos recursos para enfrentar esta situación y los presupuestos de atención primaria de nuestra comunidad ya están bajo presión", dijo Alex Segal, presidente del Comité de Servicios Sociales del Consejo.

Las autoridades locales ya son responsables de las familias que solicitan asilo bajo la Ley de Infancia británica. La nueva disposición implica que ahora destinen fondos a personas solteras.

Actualmente hay en Londres 600 solicitantes de asilo, pero las autoridades locales temen que la cifra aumentará a 13.000 en el plazo de un año.

Los esfuerzos del gobierno por disuadir a los refugiados alcanzaron su punto más alto en la primavera británica, cuando retiró los beneficios a las personas que no solicitaron el asilo tan pronto como llegaron al país, y a las que apelaron contra una decisión que les negó el estatuto de refugiado.

La medida buscó recortar unos 300 millones de dólares anuales de gastos en servicios sociales.

Desde febrero, alrededor de 10.000 solicitantes de asilo perdieron sus beneficios y deben vivir de la caridad, mientras se las arreglan con amigos, en iglesias o refugios para gente sin vivienda.

El número de solicitantes de asilo crece rápidamente. En 1988, poco más de 4.000 personas pidieron ingreso al país sobre la base de planteos humanitarios, pero el año pasado la cifra aumentó a 44.000.

Sólo 1.295 recibieron el estatuto de asilado, mientras 4.410 obtuvieron un permiso excepcional para quedarse en Gran Bretaña, según cifras de la Oficina de Hogares. (FIN/IPS/tra-en/sl/rj/lp/pr-ip/96

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