América Latina es un bocado apetitoso para Petróleos de Venezuela (PDVSA) porque cuadruplicará su consumo petrolero en 10 años, dentro de un mercado mundial que crece sin cesar, dijo hoy el presidente de ese grupo estatal, Luis Giusti.
Con mayores suministros de crudo a Brasil, negociaciones para establecer una refinería en el nordeste brasileño, para adquirir otra en Perú, o constitución de una filial comercializadora en Ecuador, América del Sur es destino de cinco por ciento de los 2,6 millones de barriles diarios que vende PDVSA.
América Central y el Caribe, "un mercado premium" par el ente venezolano, egún Giusti, recibe 18 por ciento de las ventas de PDVSA en el exterior, en parte bajo el paraguas del Pacto de San José, por el que México y Venezuela suministran hasta 160.000 barriles diarios a 11 países en condiciones preferenciales.
"Nuestras proyecciones muestran que el crecimiento económico regional elevará 280 por ciento en 10 años la demanda de petróleo, es decir, este mercado se cuadruplicará", dijo Giusti a corresponsales extranjeros este miércoles.
Según otras fuentes de la industria, América Latina y el Caribe consume cerca de seis millones de barriles diarios de petróleo, alrededor de ocho por ciento del total mundial.
El auge regional "ofrece oportunidades a productores como Colombia, que crece como proveedor petrolero", en tanto México, aunque produce cerca de 2,8 millones de barriles por día, tiene como limitación un consumo doméstico de 1,6 millones.
Venezuela, indicó el ejecutivo, tiene capacidad para producir 3,2 millones de barriles diarios, un consumo de 360.000 barriles por jornada, y planes para ser capaz de producir, dentro de 10 años, hasta seis millones de barriles/día.
Esos planes demandarán inversiones por 60.000 millones de dólares en 10 años. Tres cuartas partes se cubrirán con recursos de PDVSA y el resto con capitales privados que se asociarán en distintas modalidades de negocios, dijo Giusti.
La producción venezolana está limitada por acuerdos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la que fue cofundadora en 1960, y Caracas oficialmente declara no violar su cuota de 2,36 millones de barriles diarios de crudo.
Pero Giusti dijo que dentro de una década la demanda mundial, que crece entre 1,7 y 2,5 por ciento al año, llevará el consumo de los actuales 72 millones de barriles diarios a entre 82 y 85 millones.
Ese auge y la regionalización que acompaña la globalización de la economía, de una parte llevarían a la OPEP a redefinir su papel y la fijación de cuotas, y de otra otorgan un nuevo contenido a propuestas como la de seguridad energética en el hemisferio americano.
"Si uno se atiene a las reservas observa que América puede ser autosuficiente en energía, pero actualmente tiene un déficit de cinco millones de barriles diarios, que debe importar", observó Giusti. El hemisferio consume unos 25 millones de barriles por día, según fuentes independientes.
Giusti recordó que el tema de la seguridad energética, inicialmente llevado por Venezuela a la primera Cumbre de América (1994), "ahora cuenta con apoyo entusiasta de Estados Unidos", de cara a la segunda edición de esa cita de 34 mandatarios, en diciembre en Bolivia.
Subrayó que el mapa de negocios petroleros está cambiando, pues así como hasta ahora ha sido más fácil llevar crudo de Africa a Río de Janeiro que desde el Lago de Maracaibo (oeste de Venezuela), la importación estadounidense experimenta importantes mutaciones.
Una muestra es que Venezuela ha reemplazado a Arabia Saudita como primer proveedor petrolero de Estados Unidos, a partir de negocios con complejos refineros y distribuidores incluso en su no- tradicional mercado del Pacífico estadounidense.
La expansión de la demanda energética "seguirá en el mundo cuando se plantee cerrar la enorme brecha de la pobreza, pues en el mundo más de 1.000 millones de personas viven con ingresos de un dólar o menos cada día", opinó Giusti.
Esa demanda da consistencia al incremento de los precios, más allá de la actual coyuntura jalonada por la confrontación Estados Unidos-Iraq, y luego de varios años con precios bajos a los que respaldó "la falsa idea de que con más tecnología podía suplantarse" la sed de hidrocarburos.
Con mayores precios, "este será nuestro mejor año -desde que se nacionalizó la industria y se creó PDVSA en 1976- después que lo fueron 1994 y 1995", y después de pagar unos 8.000 millones de dólares en impuestos la corporación quedará con ganancias netas de 4.300 millones de dólares. (FIN/IPS/hm/dg/if/96