La fragil estabilidad política de Nicaragua corre peligro de romperse si se produce una victoria abrumadora de la derechista Alianza Liberal, que ya ha amenazado con reformar la Constitución y crear una Comisión de la Verdad.
No obstante, son reducidas las posibilidades de que los liberales ganen con más del 50 por ciento de los votos y alcancen la mayoría parlamentaria requerida para reformar la Constitución, según los analistas.
"El partido de gobierno no va a tener mayoría parlamentaria, eso está claro», dijo a IPS Víctor Borge, presidente de la firma encuestadora costarricense Borge y Asociados.
"Se presenta la necesidad de un delicado equilibrio, de comprensión, ya que el parlamento se ha convertido en el primer poder de Nicaragua", tras la reforma constitucional del año pasado, que otorgó amplios poderes al Poder Legislativo.
La última encuesta de Borge y Asociado, dada a conocer esta semana, coloca a Alemán a la cabeza con 43 por ciento de intención de voto, pero baja a 35 por ciento en el caso de los candidatos parlamentarios liberales.
Desde que comenzaron su campaña, los liberales han insistido en que deben obtener más de 50 por ciento de los votos, para echar andar los cambios radicales previstos.
Además de una nueva Constitución, se plantean destituir a los magistrados recién electos del Poder Judicial, nombrar nuevos ministro de Defensa y Contralor de la República, y designar al Procurador de Derechos Humanos.
También impulsarán una nueva Ley de la Propiedad y restituir los bienes a los confiscados, en caso de que los dueños actuales, favorecidos durante el gobierno sandinista, se nieguen a pagar indemnización.
El caso más evidente en este conflicto es la casa que ocupa el ex presidente Daniel Ortega, que fue expropiada al actual jefe de campaña liberal, Jaime Morales Carazo. Los liberales han dicho que Ortega debe devolverlo o pagar una "justa indemnización", que podría superar los dos millones de dólares.
Ortega manifestó que no devolverá la propiedad ni pagará indemnización, ya que la compró años atrás al banco que la expropio, en un monto que no ha sido divulgado.
El propio Alemán amenazó con derribar los muros que rodean la casa de Ortega cuando era alcalde de Managua, argumentando que obstaculizan la vía pública.
Esto provocó una grave crisis política y centenares de sandinistas permanecieron durante varios días frente a la casa de su líder.
Hoy, frente a una posible victoria liberal, retornan los nubarrones. Sin embargo, para reformar leyes con rango constitucional, los liberales requerirían ganar unos 52 escaños parlamentarios de los 97 que podría llegar a tener la nueva Asamblea Nacional, que tomará posesión el 9 de enero próximo.
Ortega ha insistido en que no se vote a causa del miedo y aseguró que un gobierno sandinista no instaurará el servicio militar obligatorio, respetará la propiedad y no habrá guerra. (FIN/IPS/rf/ag/ip/96