Una de las primeras tareas del futuro gobierno liberal de Nicaragua será culminar el proceso de pacificación, promoviendo el desarme de las bandas que operan en el país.
El virtual presidente electo Arnoldo Alemán, que asumiría el 10 de enero, "tiene muchas posibilidades de lograr esa meta, ya que muchas de las bandas veían con simpatía y confianza un futuro gobierno liberal", comentó una fuente de la Comisión Internacional de Apoyo y Verificación (CIAV).
Según los últimos resultados oficiales, en las elecciones del domingo pasado Alemán obtuvo 49,34 por ciento de los votos, contra 38,09 del candidato sandinista y ex presidente Daniel Ortega.
De acuerdo a informes castrenses, en el centro y norte del país aún existen unos 50 grupos armados, integrados por ex contrarrevolucionarios y ex militares sandinistas, que se alzaron en protesta contra el incumplimiento de los acuerdos de desarme de 1990.
En mayo de 1990, tras asumir el gobierno la presidenta Violeta Barrios de Chamorro, los 26.000 irregulares antisandinistas aceptaron entregar sus armas a cambio de adjudicación de tierras, acceso a créditos bancarios y a servicios prioritarios de salud y educación y ayuda a la construcción de viviendas.
El gobierno incumplió con la mayoría de los acuerdos y centenares de ex "contras" retomaron las armas un año después. Luego lo hicieron los ex militares sandinistas, que también se sintieron burlados.
Algunos de los llamados "rearmados" afirmaron que no depondrán las armas hasta que se nombre a un civil al frente del ejército y que ellos tengan el control policial en las zonas en que operan.
Alemán envió este jueves una "primera señal" a los "rearmados", al anunciar públicamente que nombrará como ministro de Defensa a Jaime Cuadra, un caudillo liberal del norte del país calificado de ultraderechista.
Juan Abelardo Mata, obispo de la arquidiócesis de la ciudad de Estelí, aseguró a IPS que los "rearmados" están expectantes ante lo que pueda ofrecerles el futuro gobierno liberal.
"Para lograr su desmovilización, el próximo gobierno tendrá que entablar un diálogo sincero y no argucias políticas, porque en otras ocasiones les han prometido una serie de cosas y no les han cumplido", dijo.
"Esa gente ha pasado seis años con el chopo (fusil) al hombro y no ha logrado nada. Si se abre un espacio de diálogo y de negociación cívica, deben aprovecharlo", añadió.
En la futura etapa de desarme no estaría presente la CIAV, dependiente de la Organización de Estados Americanos, ya que sus funciones cesarán en diciembre. Se prevé que la Iglesia Católica juegue el papel de mediador y garante en los acuerdos.
Según una encuesta sobre gobernabilidad realizada en agosto con financiación del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, 78,4 por ciento de los nicaragüenses considera el desarme una tarea pendiente.
También estiman que el próximo gobierno debe cumplir con los acuerdos de desmovilización y brindar atención integral a los desmovilizados.
Para Alemán, la "paz es mucho más que la ausencia de una guerra. Es básicamente justicia, estado de derecho, equidad, trabajo, producción, igualdad, solidaridad, y justicia social".
"Es cumplir ofrecimientos y promesas, es recuperar la fe perdida y el optimismo en el futuro. Es convivir y compartir en reconciliación y progreso para todos", escribió en su libro "Así piensa Arnoldo". (FIN/IPS/rf/dg/ip/96
