El entusiasmo de los nicaraguenses en su participación en las urnas y el desorden de las autoridades electorales encargadas de conducir la jornada electoral, marcaron los comicios de este domingo en esta nación centroamericana.
El cierre de las urnas debió ser postergado sobre su hora oficial de las 18:00 hora local (24:00 gmt) debido a la alta afluencia que se se observaba aun en algunas de las más de 9.000 mesas instaladas en el paìs en esos momentos.
La razón de la atrasada afluencia fue originada por la alta participación de los 2,4 millones de electores, que llevó la abstención, según cálculos preliminares, por debajo del 20 por ciento de las elecciones de 1990.
Pero el atraso también se debió a la tardanza con que fueron abiertas muchas de las mesas, que segùn observadores nacionales e internacionales fue en promedio de hora y media sobre la apertura oficial.
El grupo de observadores locales Poder Electoral indicó a IPS que al menos en 85 por ciento de las mesas se observaron problemas de retraso en apertura o de otra índole organizativa.
Las encuestadoras independientes y los medios de comunicación se comprometieron con las autoridades electorales a no difundir proyecciones extraoficiales hasta que todas las urnas estuvieran cerradas.
Oficialmente se calcula que sólo este lunes sera posible tener un porcentaje de votos escrutado que permita indicar si uno de los dos candidatos con opción de triunfo logró vencer en la primera vuelta.
Los sondeos previos colocaron al candidato de la derechista Alianza Liberal, Arnoldo Alemán, como el favorito, cerca del 45 por ciento necesario para asegurarse ser el sucesor de Violeta Chamorro desde el 10 de enero.
Pero el ex presidente y candidato sandinista Daniel Ortega acortó distancia en la fase final de la campaña, lo que avivo la posibilidad de que sea necesario una segunda ronda electoral, posiblemente el 1 de diciembre.
Además de la escogencia del próximo presidente, en Nicaragua se selecciono este domingo a 2.000 cargos electivos, entre ellos el vicepresidente, 92 legisladores para la Asamblea unicameral, y las autoridades de 145 municipios, en una compleja votación con seis boletas diferentes.
La presidenta Chamorro y el centenar de observadores internacionales coincidieron en resaltar que más allá de evidentes indicios de desorganización operativa, la jornada electoral transcurrio sin incidentes y con transparencia. (FIN/IPS/rf/eg/ip/96)