El derechista Arnoldo Alemán es el virtual presidente electo de Nicaragua, al alcanzar cerca de 50 por ciento de los votos, lo que le garantiza gobernar este país desde enero, sin necesidad de recurrir a una segunda vuelta.
Alemán, de 50 años, se autoproclamó vencedor, al suministrar el Consejo Supremo Electoral su segundo boletín, que le adjudicaba 48,68 por ciento, frente a su principal contrincante, el ex presidente sandinista Daniel Ortega, que según los computos parciales alcanzó 39,58 por ciento.
Un aspirante de un movimiento religioso evangélico atrajó en torno al 3 pro ciento, mientras el resto de los 21 candidatos a la presidencia de Nicaragua fueron barridos de la escena, durante la masiva participación en las urnas el domingo.
Alemán hizo un llamado a la conciliación en sus primeras declaraciones tras conocerse su contundente triunfo y afirmó que el domingo "no hubo ni vencedores ni vencidos", mientras llamó a que "nadie se deje aprisionar por el pasado".
La polarización entre la derechista alianza y el sandinismo no se trasladó a la elección de la Asamblea Legislativa unicameral de 92 miembros, ya que la fuerza de Alemán obtuvo en torno a 43 por ciento y la de Ortega 38 por ciento.
El partido de Antonio Lacayo, yerno de la presidenta saliente, Violeta Chamorro, habría logrado convertirse en el fiel de la balanza parlamentaria, al obtener en torno al 23 por ciento, según las cifras parciales.
Los observadores internacionales, como el ex presidente de Costa Rica y premio nobel de la paz, Oscar Arias, resaltaron la transparencia del proceso electoral, pese a irregularidades y desordenes que atrasaron la apertura de las 9.000 mesas y problemas con el material para sufragar por 6 poderes diferentes.
Los resultados del domingo reprodujeron la polarización que ha marcado la reciente historia de esta nación centroamericana, donde Alemán es heredero del último dictador nicaraguense, Anastasio Somoza, derrocado por el Frente Sandinista en 1979.
El ex canciller colombiano Rodrigo Pardo, presente en los comicios, analizó que Nicaragua se ha quedado "sin centro político", aunque la falta de una mayoría absoluta en el poder legislativo forzará un entendimiento y evitará que cristalice "el voto de la venganza" que críticos adjudican a la Alianza.
Alemán, abogado y rico empresario cafetalero, uno de los estamentos a los que se responsabiliza de las penurias que soporta historicamente Nicaragua, sumó a sus palabras conciliadoras post electorales un gesto igualmente significativo.
El orondo virtual sucesor de Chamorro desde el 10 de enero, al que gusta el apodo de "gordoman", se abrazó entusiasta con su jefe de campaña, Jaime Morales, dueño de la casa confiscada por los sandinistas y ahora propiedad de Ortega.
Los 2,4 millones de electores nicaraguenses buscaron una salida para una situación económica desesperada, con 70 por ciento de desempleo y que se ha convertido según cifras de organismos internacionales en la segunda nación más pobre de América Latina.
El domingo se eligieron cerca de 2.000 cargos de los poderes públicos, para lo que se presentaron cerca de 32.000 candidatos. (FIN/IPS/rs-eg/ip/96
