El derechista Arnoldo Alemán fue reconocido como virtual presidente electo de Nicaragua por el candidato conservador Noel Vidaurre, que de ese modo avanzó el primer paso hacia un pacto parlamentario con la triunfante Alianza Liberal.
Alemán supera el listón de 45 por ciento del total de votos señalado por la legislación electoral para ganar la presidencia en la primera vuelta. Pero 11 de los 32 partidos que compitieron en los comicios del domingo denunciaron irregularidades y exigen la revisión del recuento de sufragios.
"La Alianza Liberal necesitará refuerzos para tomar decisiones. Necesitará una bisagra, que en este caso seremos nosotros", declaró Vidaurre.
Vidaurre reconoció públicamente el miércoles a Alemán como mandatario electo y extraoficialmente se informó que un equipo político de la Alianza Liberal ya estableció contacto con los conservadores para un eventual acuerdo parlamentario.
También el Consejo Superior de la Empresa Privada solicitó al Consejo Supremo Electoral (CSE) la formal proclamación del candidato de la Alianza Liberal como vencedor, para acabar con la incertidumbre provocada por las denuncias de errores en el escrutinio preliminar de votos.
El CSE adjudica a Alemán 49,34 por ciento de los sufragios, aunque no lo proclamará sucesor de la presidenta Violeta Chamorro hasta completar el recuento de votos.
La Alianza Liberal obtendrá 40 de los 90 escaños de la Asamblea Nacional, según se calcula, y debe formalizar pactos con otras fuerzas políticas para gobernar y, especialmente, para lograr la aprobación de leyes que exigen mayorías cualificadas.
"Nosotros calculamos tener una mayoría parlamentaria entre 48 y 50 diputados para echar a andar los cambios trascendentales que tenemos que hacer en materia legislativa y constitucional", dijo el diputado Wilfredo Navarro, de la Alianza Liberal.
La Alianza Liberal pretende modificar la Constitución, para fortalecer el Poder Ejecutivo, cuyas facultades, casi omnímodas en la década del 80, fueron reducidas por la reforma de 1995.
"La Constitución debe ser reformada, vamos a luchar por eso", anunció Silvio Calderón, representante legal de la Alianza Liberal y futuro diputado.
Alemán, que jurará la presidencia el 10 de enero, si se confirma su triunfo, ha exhortado a todos los partidos políticos a unirse para "trabajar por Nicaragua".
La reforma de la Constitución requiere 60 por ciento de los votos en el parlamento, y también se exige mayoría especial para la aprobación de préstamos del exterior.
Los cambios introducidos en 1995 adjudicaron al parlamento la aprobación de los candidatos propuestos para al Poder Judicial y el CSE, y la designación del procurador general y del procurador de derechos humanos.
Descartada al parecer toda concertación con el izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la segunda fuerza política, con 38 por ciento de los votos, Alemán estará obligado a negociar con los conservadores y con Camino Cristiano, tercero en los comicios del domingo.
Pero Camino Cristiano, una agrupación de cristianos evangelistas que logra de momento algo menos de cuatro por ciento de los sufragios, recela de los fuertes lazos de los liberales con la Iglesia Católica, y los observadores indicaron que podría incluso unirse en la oposición al FSLN.
Camino Cristiano no ha reconocido la victoria de Alemán y pidió al CSE la anulación de las elecciones.
Mientras, Vidaurre solicitaría al parecer la presidencia de la Asamblea Nacional a cambio del respaldo de los conservadores a los proyectos de Alemán.
De confirmarse, ese pedido representaría un factor de perturbación de la unidad de la Alianza Liberal, que está conformada por cuatro partidos.
Los analistas tienen presente el cisma de la Unión Nacional Opositora (UNO), la fuerza que en 1990 llevó a la presidencia a Chamorro.
El grupo parlamentario de la UNO se redujo de 51 a nueve diputados debido a discrepancias, ambiciones personales insatisfechas y al llamado "protocolo de transición" que Chamorro firmó con el FSLN para lograr estabilidad política.
El protocolo de transición garantizó el traspaso del poder a las autoridades electas en 1990, aunque a cambio, los sandinistas conservaron el mando del ejército.
Los principales partidos que conformaron hace seis años la UNO podrían quedar fuera del parlamento, y esa amenaza explica aparentemente la masiva reclamación de nuevo recuento de votos.
La legislación exige a los partidos al menos un representante en la Asamblea Nacional para conservar la personería jurídica y esa condición pone en jaque el futuro de varios grupos, como admitió Alfredo César, candidato a la presidencia de la alianza UNO 99.
"Urge la corrección y revisión de los números actuales, pues es de vital importancia para nuestras organizaciones", dijo César.
Cada escaño exige unos 120.000 votos y siete de los partidos que solicitaron un nuevo escrutinio no superan los 15.000. (FIN/IPS/rf/ff/ip/96