NEPAL: De pronto, lo pequeño es bello para el Banco Mundial

El Banco Mundial quizás aprendió una lección luego de cancelar un gran proyecto hidroeléctrico en Nepal el año pasado, pero el gobierno del país himalayo seguramente no.

Esa fue la conclusión de expertos en hidroenergía y activistas en Nepal, tras la visita realizada por el titular del Banco Mundial, James D. Wolfensohn, quien manifestó su predilección por programas reducidos para poder desarrollar capacidad técnica local.

"Nuestra experiencia… ha demostrado la bondad de asistir primero a proyectos pequeños para construir capacidad nacional, antes de embarcarnos en grandes planes", declaró Wolfensohn a la prensa el fin de semana.

Eso fue un motivo de alegría para los grupos activistas nepalíes, que combatieron el proyecto de la gran represa Arun III por 900 millones de dólares, respaldado por el Banco Mundial.

Señalaron que Arun III era demasiado costosa y de un tamaño desmesurado para Nepal. Tras 10 años de planificación de la represa de 201 megavatios, el banco abandonó la iniciativa en 1995, poco despues que Wolfensohn asumiera el cargo.

Para el gobierno de Nepal, las declaraciones del funcionario no fueron alentadoras, y muchos funcionarios no hesitaron en expresarlo. "Lo que el banco está diciendo es que no hará otra donación para proyectos de grandes dimensiones. Es triste…", dijo Binayak Bhadra, asesor del primer ministro Sher Bahadur Deuba.

La coalición de centroderecha de Deuba ha tratado de promover megaproyectos hidroeléctricos en Nepal como parte de su esfuerzo para generar electricidad aprovechando los torrenciales ríos himalayos. Según expertos, Nepal puede producir 83.000 megavatios de electricidad, si bien hasta ahora solo logró generar 250.

El Banco Mundial fue la agencia de vanguardia en el proyecto Arun III y, despues que se retiró, lo imitó el consorcio de donantes que incluía a Japón, Alemania, Suecia, y el Banco de Desarrollo Asiático.

Desde entonces, Nepal ha estado considerando otros proyectos menores y ha iniciado seis programas de tamaño mediano, algunos con donantes privados.

Sin embargo, el mes pasado, el parlamento nepalí ratificó un importante acuerdo para el aprovechamiento del Río Mahakali, sobre la frontera occidental con India. Kathmandu y Nueva Delhi colaborarán en la mastodóntica represa del Alto Pancheswor, que podrá generar más de 6.000 megavatios.

El costo del proyecto oscila en los 12.000 millones de dólares y su construcción demandará siete años.

Pancheswor tendrá una altura de 315 metros y será una de las mayores de Asia. Sin embargo, los críticos dicen que es innecesariamente costosa, destruirá el frágil ecosistema de los ríos himalayos y estará en una zona sísmica, lo cual pondría en peligro a millones de personas en el estado indio de Uttar Pradesh.

Los activistas dijeron que el gobierno sigue incurriendo en el mismo error y se ha embarcado en un proyecto todavía más grande. "Los funcionarios nepalíes no han aprendido la lección de Arun y nunca lo harán", sentenció Rajendra Dahal, comentarista de cuestiones hidroeléctricas.

Los funcionarios nepalíes trataron de aprovechar la visita de Wolfensohn para lograr un compromiso del banco respecto a Pancheswor. No pudieron estar más equivocados. En sus tres días de conversaciones aquí, Wolfensohn aclaró que no estaba de humor para arriesgar otra batalla por una controvertida represa himalaya.

También expresó la preferencia del banco por inversores privados en proyectos para generar electricidad. "Un plan financiero para un proyecto de miles de millones de dólares debe hacerse sobre la base de la participación del sector privado", dijo.

"El sector privado se ha convertido ahora en la principal fuente de financiación para los países en desarrollo y es allí donde debe buscarse el dinero", apuntó.

Wolfensohn anunció que los 175 millones de dólares que en un principio fueron la contribución del banco al proyecto de Arun, irán a un Fondo de Desarrollo de Energía para Nepal a fin de financiar la participación privada en proyectos hidroeléctricos.

El gobierno de Nepal, desprovisto de dinero contante, había estado tratando de obtener esos fondos para diversificarlos y financiar en parte el proyecto de Karnali Alto, en el centro del pais, con 140 megavatios. Wolfensohn rehusó y, según Dahal, "eso demuestra que el banco no cree en lo que dice el gobierno".

Ajaya Dixit, de la Fundación de Conservación del Agua, estuvo de acuerdo y dijo que "el banco parece haber comprendido la locura de caer en una trampa sin opciones como Arun III. Los 175 millones de dólares del Fondo deben emplearse ahora en proyectos alternativos. Si el dinero se usa en otro vasto plan, la historia se repetirá".

Conservacionistas e hidrólogos han opinado que Nepal debería construir pequeños proyectos hidroeléctricos en todo el país para descentralizar el desarrollo, ampliar sus beneficios, ahorrar dinero y aprovechar la capacidad técnica autóctona.

Apuntaron que su oposición a grandes represas se debe a que alientan la corrupción y benefician sobre todo a financistas extranjeros, contratistas y consultores.

Agregaron que los seis pequeños proyectos que fueron encargados despues de la cancelación de Arun producirán en forma conjunta más electricidad que aquella y se trata de una mejor opción.

Si la visita de Wolfensohn constituyó algun indicio, y si fue auténtico lo que dijo, entonces el banco prefiere colocar dinero en pequeños proyectos que usen la capacidad doméstica existente en financiación, experiencia técnica y administración. (FIN/IPS/tra- en/sp/kd/an/ego/en).

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